Unas trecientas personas, lideradas por el sacerdote católico Jesús Olmedo y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, se aprestaban pasado el mediodía a iniciar una masiva huelga de hambre, a fin de llamar la atención del Gobierno sobre la situación de pobreza extrema que se padece en esa provincia.
La huelga, anunciada "por tiempo indeterminado y hasta las últimas consecuencias", se realizará en la localidad fronteriza con Bolivia de La Quiaca. El padre Olmedo, que tradicionalmente se ocupa de los pobres en Jujuy, recordó que "el 60 por ciento" de la población de esa provincia vive bajo la línea de pobreza y en la indigencia, y que pese a las reiteradas visitas de equipos del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, "nada" ha llegado de ayuda en el último año.
"La presidenta Cristina Kirchner ha anunciado planes de obras, entonces que se juegue por la Provincia y haga obras aquí, para que la gente tenga trabajo digno, y se construyan escuelas y viviendas que tanto se necesitan", pidió el sacerdote en diálogo con radio Continental.
Informó Olmedo que ya estaba todo listo, pasado el mediodía, para iniciar la huelga de hambre en la que el propio sacerdote y el Premio Nobel tomarán parte, mientras mañana llegará a La Quiaca un equipo de veedores de organismos defensores de derechos humanos que llegará mañana a la ciudad puneña.
"Hacemos la huelga porque todo este año hemos tenido muchos problemas sociales de pobreza extrema, y los planes sociales no alcanzan a mucha gente: todo el año nos movilizamos e intentamos negociar con los gobiernos provincial o nacional y la única respuesta fue el silencio o la represión", dijo el cura.
Señaló que si bien la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, envió a numerosos equipos que hicieron relevamientos de las necesidades de la población, hasta el momento "nada se concretó". En cuanto al gobernador, el justicialista kirchnerista Eduardo Fellner, el religioso lo definió como "una persona que ignora a los pobres, al pueblo Coya, y no se dignó a recibirnos nunca". "La gente lo ha votado, y este señor no tiene ni siquiera la dignidad para escuchar" el clamor de los pobres, subrayó el padre Olmedo.
Fuente: DyN