Los pasajeros de un vuelo de Iberia que debía viajar de Madrid a Buenos Aires se amotinaron ayer por la mañana en el aeropuerto de la capital española con la intención de no abandonar el avión al que ya habían embarcado tres veces hasta que la línea aérea no les diera garantías de despegue.

El temporal de nieve que azotó Madrid generó entre otras consecuencias un caos en Barajas con decenas de vuelos demorados y reprogramados. A ello se suma el conflicto gremial con los pilotos, que complica el panorama.

Los pasajeros del vuelo a la capital argentina subieron por primera vez al avión apenas pasada la medianoche. Allí les informaron que debían bajar. A las tres de la mañana el movimiento se repitió. Y cuando descendieron por segunda vez se les informó que el viaje se realizaría por la mañana, ante airadas protestas.

Luego se embarcaron por tercera vez. Entonces, Iberia les hizo saber que debían salir del avión. Allí estalló el motín: se negaron a descender y permanecieron en sus asientos a la espera de una respuesta de la empresa.

Más tarde el comandante se negó a decolar tras explicar que no era posible ya que no había descansado las 10 horas y media que indica el reglamento. Pero las cosas no terminaron ahí, ya que el motín fue imitado por la tarde por los pasajeros de otros vuelos con destino a América del Sur: uno a Montevideo y otro a Lima.

Al cierre de esta edición la Guardia Civil se había movilizado en torno de los tres aviones. (Agencias)