Domingo 11 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 22 > panorama neuquino
Ahora juegan al truco

El cuatro de copas es una carta de escaso valor en el truco, un juego que premia la mentira. Horacio Quiroga, un dirigente radical arrepentido de su adhesión al kirchnerismo, dijo esta semana que el diputado nacional Hugo Prieto, un hombre de su mismo partido que sigue siendo un aliado de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, representa esa devaluada carta que sólo tiene peso cuando suma para el envido.

El legislador nacional que ahora critica Quiroga es el mismo dirigente que funcionó como as de espada en la Convención Constituyente del 2006. Prieto, junto con otro radical, Néstor Burgos, ingresaron como socios del radicalismo en la lista kirchnerista del Frente Cívico para la Victoria. Sin embargo, una vez que consiguieron las bancas, se apartaron del bloque antes de que comenzara a funcionar la Convención Constituyente.

Los por entonces representantes del radicalismo quiroguista -en el bloque del Frente quedó otro radical, Eduardo Benítez- hicieron valer sus desequilibrantes votos favoreciendo al sobischismo en momentos clave. Una de esas ocasiones importantes sucedió cuando Prieto, a viva voz dijo: "Somos 18". Ese número de votos, que nadie sumó con certeza, sirvió para encender los motores de la Convención.

La breve intervención de Prieto se produjo en la caótica primera sesión del 16 de diciembre de 2005, donde el ahora llamado por Quiroga "cuatro de copas", junto con Burgos, permitió la jura de los convencionales y la designación de autoridades.

La Convención la terminó presidiendo el ex gobernador Jorge Sobisch, promotor de una reforma que finalmente no se ajustó completamente a su molde. Y con sus gestos amistosos, Quiroga, Prieto y Burgos quedaron identificados como aliados en el proyecto reformista del sobischismo.

El enojo entre quiroguistas y kirchneristas por lo sucedido en la Convención fue fugaz. Pocos meses después, Quiroga y Prieto fueron aliados del ex presidente Néstor Kirchner: uno consiguió trabajo en la Cancillería (el ex intendente de la ciudad) y el otro ingresó como diputado nacional, un cargo que todavía ocupa.

Todo marchó sobre rieles hasta que los separó el voto "no positivo" del vicepresidente Julio Cobos cuando se debatió en el Congreso de la Nación la eliminación de las retenciones. Quiroga decidió despegarse del kirchnerismo y transformarse en referente de la expresión política del cobismo, mientras que el ex "ancho de espada" o actual "cuatro de copas", según el momento de la historia, sigue dentro de la alianza política.

El futuro de la Concertación kirchnerista en Neuquén es un debate fuerte del 2009 y la discusión cruza al radicalismo más que al peronismo. Quiroga, con afiliación suspendida, quiere volver a la Unión Cívica Radical (UCR) y prepara su regreso al partido. Tiene intenciones de transformarse, una vez más, en candidato a gobernador en el 2011.

El ex intendente es el dirigente menos decidido a sostener la alianza con el matrimonio Kirchner, al que criticó con dureza en una entrevista publicada esta semana en este diario. En el polo opuesto se encuentra Martín Farizano, dispuesto a continuar dentro de la coalición para las elecciones nacionales y locales de este año, mientras que Eduardo Benítez, titular del partido, defiende una posición intermedia: el dirigente de Cutral Co sostiene que la UCR debe presentar listas propias en las elecciones de este año y seguir construyendo un espacio político junto al kirchnerismo para las provinciales del 2011.

Mientras los radicales discuten de política como si fuera un partido de naipes, Sobisch ahora no juega pero gasta dinero en Punta del Este. El ex gobernador se encuentra veraneando en la playa uruguaya junto con su esposa, su hijo menor, su hija y su yerno. También está acompañado por sus dos nietos.

Sobisch suele instalarse en un parador exclusivo. Lo han visto mirando hacia el mar sentado en cómodos sillones blancos y bebiendo variedad de jugos de frutas. El ex gobernador le dijo a un veraneante que está esquivando al periodismo, una pícara confesión difícil de creer cuando proviene de un hombre que se pone al sol en la vidriera de los políticos.

En cambio, el que sí esquivó al periodismo es el gobernador Jorge Sapag que, pese a las promesas formuladas, estuvo de vacaciones, también en el exterior.

Sapag vuelve a su despacho esta semana y se reunirá con su gabinete. Lo espera un conflicto en Salud donde dos ministros asumieron compromisos salariales por 60 millones de pesos para evitar un paro, pero la aprobación de esos fondos quedó "ad referéndum" de la pluma del gobernador.

Una declaración de la vicegobernadora, Ana Pechen, dio a entender que los ministros de Salud, Daniel Vincent, y de Desarrollo Social, Wálter Jonsson, jugaron una carta, no necesariamente ganadora, en la negociación con los representantes gremiales del sector. "Lo que hay es un acta acuerdo donde se manifiesta la intención de gestionar una suba, por parte de los ministros, cuando el gobernador llegue a la provincia", dijo la vicegobernadora, en una aclaración que no deja muy bien parados a los negociadores oficiales.

Las versiones sobre posibles cambios en el gabinete siguen presentes. Se originaron el año pasado y se trasladaron a enero. Algunos movimientos ya se fueron produciendo, como la renuncia del subsecretario de Seguridad, Juan Carlos Lescano y otros que ya se conocen con anticipación, como la salida de Guillermo Pellini, secretario de Relaciones Institucionales y Coordinación, un funcionario que ocupará un lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales del MPN.

La interna del partido provincial es otro tema central para la gestión de Sapag. Aunque aún hay un largo trecho por recorrer, este proceso ya está regado de versiones. Una de ellas indica que el gobernador y Sobisch habrían empezado a tejer una negociación para repartirse los cargos en el partido.

 

GERARDO BILARDO
gbilardo@rionegro.com.ar

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