Etienne Lavigne deslizó en Chile que es casi un hecho que la prueba volverá a Sudamérica en el 2010. Incluso abrió la posibilidad de una alternancia de largo plazo con África.
"Voy a estar en grandes problemas si no volvemos", sostuvo el director del rally en el campamento de Valparaíso.
Las palabras de Lavigne fueron confirmadas por el portavoz del gobierno chileno, Francisco Vidal, quien reveló que su país y Argentina ya aceptaron todas las condiciones de ASO, incluido un aumento del aporte gubernamental a ocho millones de dólares.
"Eso está aprobado también, porque la carrera le genera beneficios importantes al país en términos de difusión", dijo. "Lo que sí queremos dejar claro es que el gobierno no negociará. Ellos presentaron sus condiciones, nosotros dijimos: el gobierno las acepta. Argentina hizo lo mismo", agregó.
En ese marco, Vidal incluso aventuró el trazado del próximo año. "Lo más probable es que sea de Copiapó al norte del país. San Pedro de Atacama, por ejemplo, que es un destino turístico que nos interesa potenciar", señaló.
No obstante, Lavigne reiteró que la decisión final será adoptada sólo al final de la actual versión, el 18 de enero en Buenos Aires.
Lavigne explicó que hay factores económicos y comunicacionales a considerar. Apuntó que un elemento clave es que el traslado hacia Sudamérica de los pilotos amateurs llegue a ser tan barato como el viaje a África.
En la contracara, valoró el apoyo de los gobiernos de Argentina y Chile y las facilidades logísticas y de infraestructura. Mención aparte fue el fervor y presencia del público, hecho poco habitual en África. Sobre todo destacó el entusiasmo y conocimiento de los fanáticos criollos, recordando que medio millón de personas rodearon la caravana en la jornada inaugural en Buenos Aires.
Por último, Lavigne deslindó responsabilidades en el accidente que causó la muerte de dos personas en Chile, alegando que el choque fue entre un proveedor y privados, sin participación de la caravana del Dakar.
Quien dio explicaciones -a medias- fue Yann Le Moener, titular de Amaury Sport Organisation (ASO), quien advirtió que la empresa no hará ningún otro comentario sobre la muerte del motociclista Pascal Terry, aunque admitió fallas en la cadena de búsqueda.
"Como una investigación está en proceso, la empresa no hará ningún comentario. Claramente, hubo un error. Estamos investigando lo que pudo pasar y reuniendo actualmente todos los elementos", afirmó el responsable de ASO.
El juez Manuel Álvarez, a cargo del Juzgado Número 1 de General Acha, La Pampa, donde murió Terry, dijo que Terry murió de un paro cardíaco ocasionado por un edema de pulmón, que tenía su origen en una cardiopatía pre-existente.
Álvarez precisó que el médico forense había descubierto un agrandamiento del músculo cardíaco y estimó que las condiciones en las que el piloto competía, la velocidad, el esfuerzo y las altísimas temperaturas, coadyuvaron al fatal desenlace. El juez opinó que ante la muerte del piloto se abren "dos posibilidades: o hubo negligencia en la atención del competidor en emergencia y pudo haberse cometido un delito culposo, o hubo una organización desastrosa del Rally que no previó una serie de eventos y que podría dar lugar a la figura del abandono de persona".