Sábado 10 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
En Cisjordania, la calma

RAMALLAH.- Mientras los ataques israelíes en la Franja de Gaza se cobran cada vez más víctimas civiles, Cisjordania sigue sumida en una calma casi llamativa.

Los residentes de la capital administrativa Ramallah responden acongojados y enfurecidos cuando se les pregunta por las bajas de sus compatriotas en Gaza. Pero el intento del líder en el exilio de la organización islamista Hamas, Jaled Meshaal, de abrir un segundo frente contra Israel llamando a la Intifada (levantamiento) no tuvo ninguna repercusión en Cisjordania.

Unas 2.000 personas salieron a la calle ayer en Ramallah para mostrar su solidaridad con las víctimas de la ofensiva judío en Gaza. Pero, al igual que la semana pasada, la concentración en la céntrica plaza Manara quedó ensombrecida por las desaveniencias entre Hamas y el movimiento rival Al Fatah, del presidente Mahmoud Abbas. Esta vez no se vieron banderas partidarias, pero los gritos de consignas como "Abbas, Abbas" y "Hamas, Hamas" no tardaron en dejarse oír.

Cisjordania está tan controlada por la Autoridad Palestina (AP), dominada por Al Fatah, como la Franja de Gaza por Hamas y sus milicias. De modo que agentes secretos de Al Fatah vestidos de civil detuvieron ayer a algunos seguidores de Hamas, que probablemente sufrirán una buena paliza antes de recuperar la libertad. Otros jóvenes matones de Al Fatah persiguieron y apalearon con sus bastones a presuntos simpatizantes del grupo rival. Cerca de media hora más tarde, el procedimiento había dispersado a los manifestantes. "¡Qué magnífica demostración de concordia nacional!", lamentaba un periodista local.

La semana pasada, los agentes de civil de la AP ya habían golpeado incluso a mujeres y periodistas. Escenas como éstas son las que hicieron que Mohammed Najla no acudiera a manifestaciones desde hace ya tiempo. "Por el momento no tiene sentido", criticó el joven de 25 años, que debió abandonar sus estudios de economía por falta de dinero y ahora trabaja en un bar cerca de la plaza. "Ni siquiera Estados Unidos puede frenar a Israel. ¿Cómo podrían hacerlo nuestros soldados o manifestantes?" Como muchos otros palestinos, Najla está harto tanto de los políticos sospechosos de corrupción en Al Fatah como de los fanáticos religiosos de Hamas. "Si hubiese alguna fuerza independiente de ambos, la votaría", asegura. (DPA)

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