BUENOS AIRES (ABA).- Roberto Quiñones, hijo de la neurocirujana disidente cubana Hilda Molina, dijo tener una "corazonada": que su madre pueda venir de la isla hacia la Argentina producto de negociaciones previas al viaje a La Habana de la presidenta Cristina Kirchner, que fue postergado para el domingo 19.

Quiñones dialogó con "Río Negro" momentos antes de que se conociera oficialmente la postergación de dicho viaje, aunque el propio entrevistado subrayó su intención de "no poner presión ni crear angustia" por su tema, teniendo en cuenta el malestar en la salud de la jefa de Estado.

"No siento ansiedad ni tensión; nadie me aseguró nada y no corresponde que yo esté presionando ni preguntando", añadió Quiñones con tono componedor. De todos modos, sostuvo que tiene la convicción de que cuando viaje la presidenta "buscará la oportunidad para interceder por la libertad de mi madre".

Quiñones rescató la predisposición de los Kirchner ante un reclamo que lleva 15 años. "Le escribí a todos los gobernantes y cancilleres anteriores, pero al tema se le empezó a dar importancia en el gobierno de Néstor Kirchner".

El médico, que vive en Capital Federal, destacó el avance que significó la autorización a su abuela (Hilda Morejón, la madre de Molina, que el lunes cumplirá 90 años) que hace siete meses pudo viajar a la Argentina donde "está muy bien, registrando cambios significativos". Quiñones asignó ese "gesto" a Raúl Castro, a quien distinguió de Fidel. "Siempre ha sido más abierto, mostrándose con su familia (su compañera fallecida hace dos años, hijos y nietos).

-De poder viajar a la Argentina Hilda Molina, ¿lo haría de modo definitivo o volvería a Cuba?

-El objetivo de la familia es que haya una relación fluida, que no tenga restricciones para entrar o salir del país y pueda estar aquí seis meses, un año, descansar y ver a sus nietos de 7 y 12 años, disfrutarlos y que el día que quiera volver a Cuba, lo haga.