La muerte de tres personas, el liderato de los pilotos españoles, el fervor callejero y la cada vez más cierta posibilidad de volver a Sudamérica en 2010 son los factores que hasta hoy conducen el inédito Rally Dakar por Argentina y Chile.
Atravesada la pampa argentina y la cordillera de los Andes, la competencia arroja el inédito liderato simultáneo de los españoles Carlos Sainz en autos y Marc Coma en motos, en un certamen marcado también por el fin del dominio de años de Mitsubishi y KTM en cada categoría.
"Me gustaría ganar, pero no es algo que me quite el sueño", dijo Sainz, quien descartó que con su Volkswagen haya acabado con el dominio de Mitsubishi, ganadora de las últimas siete ediciones. "Esta es una carrera de obstáculos y gana el que menos falla", alertó. Igualmente cauto, el motociclista Coma evita anticipar su triunfo. "Ahora empieza (en Chile) otra carrera, totalmente distinta. Habrá mucho desierto y será bastante dura", anticipó.
La propia presidenta chilena, Michelle Bachelet, tuvo este sábado palabras de aliento para los competidores, durante una visita al campamento de descanso en el puerto de Valparaíso, que grupos ecologistas intentaron interrumpir, entre pifias del público.
Pero las palabras de Bachelet escondían otro temor, compartido con la empresa organizadora del evento, la Amaury Sport Organization (ASO): el que nuevas muertes enluten la prueba. El deceso del piloto privado francés Pascal Terry y la muerte fuera de competencia de dos civiles en Chile son un mal augurio de lo que podría suceder en el desierto de Atacama u otras etapas complejas.
Para reducir riesgos, ASO eliminó etapas y redujo trazados hasta ahora. El recorrido este viernes entre Mendoza y Valparaíso fue reducido a la mitad para autos y motos, al tiempo que fue eliminado para camiones, por ejemplo. Nadie quiere otra muerte evitable tal vez como la de Terry, cuyo cuerpo fue encontrado dos días y medio después de perderse en Argentina, en medio de recriminaciones entre ASO y la policía, que revelaron fallas de coordinación.
ASO culpó a la policía de errores en la búsqueda y ésta replicó que la empresa francesa abandonó las tareas de salvamento apenas la caravana siguió su ruta, como ella reconoce que hace siempre. Pero lo cierto es que los directivos de ASO han participado directamente en las operaciones de socorro. El propio director de la prueba, Etienne Lavigne, rescató pilotos caídos en Argentina.
Todo el esmero apunta a explorar la posibilidad de repetir el Dakar en Chile y Argentina en 2010, cuando ambos países celebren el bicentenario de la independencia de España. Una posibilidad deslizada por ASO es la de una alternancia entre Africa y Sudamérica.
El fervor callejero, con el hito de 500.000 asistentes en la largada en Buenos Aires, es un punto de apoyo, aunque también de cuidado por el riesgo de accidentes. Chile y Argentina, deseosos de retener el evento, han prodigado muchas atenciones.
En el lado chileno, los pilotos y periodistas dispondrán desde masajes hasta ostiones para su agasajo. Pero habrá que esperar hasta el final de la prueba, para ver qué sucede, aunque el secretario de Turismo Argentino, Enrique Mayer, ya dio por cerrado el regreso en 2010, pese a la cautela aún de las autoridades chilenas.
Por Mauricio Weibel (DPA)