A comienzos de los años ´90, el Estado privatizó sus empresas con la promesa de modernizar sus servicios y brindar mejor atención a sus usuarios, respecto de las rentables se logró el objetivo aunque con un alto costo. Las no rentables no tuvieron esa suerte, en particular los trenes interurbanos de pasajeros fueron suprimidos; miles de pueblos quedaron aislados y un millón de habitantes emigró hacia las grandes ciudades, durante esa década.
Río Negro tuvo una política autónoma e independiente, política que no adoptaron ni siquiera provincias tan importantes como Córdoba o Santa Fe. Río Negro sostuvo su tren. Es más, Río Negro hizo del tren una política de Estado, ello desde el mismo 11 de marzo de 1993 día en el que se firmó el primer convenio de transferencia. Y para que se entienda, sostener nuestro sistema ferroviario requería el mantenimiento de 826 km de vías entre Viedma y Bariloche, locomotoras y coches de pasajeros. En el año 1995 Sefepa SA tenía 3 locomotoras en deplorable estado y menos de diez coches de pasajeros operativos, la empresa era un caos de juicios y desorden administrativo. Mucho fue el esfuerzo de todos los que conformamos la familia ferroviaria rionegrina para revertir esa realidad. Y lo logramos, en el año 2003 el actual gobierno recibió nueve locomotoras dinámicas, más de treinta coches de pasajeros, 25 km de vía nueva que vinculan la planta de Alpat con el ramal existente, un convenio con Ferrosur Roca SA que permitía la provisión de repuestos y transferencia de tecnología y un certificado de calidad de gestión ISO 9001. Un directorio compuesto por tres miembros ad honórem y no más de 130 empleados. El Tren Patagónico era noticia nacional, envidia de otras provincias y orgullo rionegrino.
Nuestro Tren Patagónico no sólo salía y llegaba, sino que lo hacía a horario, se podía comprar un boleto con varios meses de anticipación, estaba manejado por personal idóneo y "con la camiseta" de su tren, limpio con un agradable restaurant y un cine maravilloso. Ése era nuestro Tren Patagónico elogiado por todos: un orgullo.
¿Cómo llegamos de ese "presente" que hoy parece tan lejano en el tiempo a esta dolorosa actualidad de nuestros días? ¿Por qué 15 años de política de Estado en nuestra provincia fueron tirados por la borda? ¿Por qué el tren está parado?
Hubo avisos
El tren avisa. El primer año y medio de gestión del primer mandato de este gobierno descarriló más veces que los ocho años previos, entre las primeras medidas adoptadas a fines del 2003 por las entonces "nuevas autoridades" fue desafectar del mantenimiento de la vía a un experto que se había incorporado en el 2001 y que había tenido a su cargo la construcción de dos nuevos ramales (Alpat y Cantera Aguada Cecilio). Los empleados cobraban un premio estímulo en función del esfuerzo, la capacidad de aprendizaje, la cordialidad en las relaciones con los compañeros, etc. Premio que fue dejado sin efecto, sufriendo los propios empleados del tren las primeras consecuencias de lo que vendría.
Párrafo aparte merece la relación con Ferrosur Roca SA, con quienes existía un convenio de colaboración empresaria por el cual dicha empresa proveía repuestos, personal especializado y capacitación para el personal ferroviario de Tren Patagónico, convenio mediante el cual se atendían todas nuestras locomotoras General Motors (seis) y que se pagaba con el alquiler de una locomotora descarrilada de la entonces Sefepa que la misma ferrosur arregló. Ese convenio fue la base del salto de calidad de los servicios de nuestro tren y se dejó sin efecto, con una alta dosis de negligencia.
Tren patagónico tenía un área de marketing y capacitación actitudinal de su personal, la que fue desmantelada. La cantidad de servicios que no cumplieron con los estándares de calidad fijados en la norma ISO 9001 subió enormemente, el humor de la gente que viajaba en esos trenes se reflejaba en los diarios, los usuarios habituales del tren con poder de decisión, como el intendente de Bariloche, de Jacobacci y de otras localidades de la Línea Sur, legisladores, miembros del Ente de Desarrollo dejaron de viajar no sin antes hacer oír sus voces de desazón. Nadie escuchó, por el contrario, se pretendió cubrir los problemas de gestión "echando culpas" hacia afuera: que las vías destruidas, vías construidas hace ochenta años con idénticos problemas que hace seis, que la Nación no ayuda, y nunca ayudó, que los saboteadores o la consabida que el dinero no alcanza?
Párrafo especial amerita el subsidio que el Estado provincial aporta todos los meses para cubrir el costo operativo de Tren Patagónico. El aporte provincial durante el 2003 fue del orden de los sesenta y ocho mil dólares mensuales y me permito fijarlo en dólares porque muchos de los insumos ferroviarios están fijados en esta moneda, hoy el aporte es superior a los ciento cuarenta y ocho mil más un aporte extraordinario para "reparación de locomotoras" de otros sesenta mil. Dinero sobró, sólo era necesario "invertirlo" y no "malgastarlo". Hoy las noticias reflejan un pasivo del Estado provincial de 1,5 millones de pesos, lo cual está lejísimo de ser la causa de esta situación. En realidad lo que muestra es otro problema de gestión, para cobrarle al Estado hay que armar el expediente, llevarlo en manos, llamar al responsable del área, reclamar, en fin, gerenciar y ocuparse. En el 2003 el directorio estaba compuesto por tres directores ad honórem, uno de ellos el actual ministro de Hacienda, hoy hay cinco directores rentados, los últimos dos: la ex secretaria de Seguridad y el ex director del Registro Civil, incorporados en julio pasado cuando el caos era previsible. Los empleados se fueron de alrededor de 130 a alrededor de 200.
Las responsabilidades se asumen
Los cambios no se hicieron, quizás por amistad, aunque no se deja hundir a los amigos, quizás porque a nadie le importó, aunque sé de mucha gente preocupada, o porque en realidad toda la gestión de gobierno es así y el tren es sólo el síntoma más oscuro y más doloroso de una enfermedad de todo el Estado rionegrino. Es que el tren avisa.
Y de otra manera no se pueden explicar otras acciones del Estado provincial que no tienen responsables: compra de alimentos sin valor nutricional por más de ciento cincuenta millones, remedios adulterados que matan gente, liquidaciones de juicios mal elaboradas que nos cuestan millones, SUM que se pagan pero que no se construyeron, tráfico de restos fósiles, concesiones petroleras a empresas que no se obliga a instalar en Río Negro, aumento desmedido de la planta de funcionarios y por ende de gastos improductivos. También es difícil explicar por qué las tres acciones más importantes que se llevan adelante en Río Negro son nacionales: léase ensanche Ruta 22, pavimentación de la Ruta 23 y creación de la Universidad de Río Negro. Ni porque desde el área de Turismo no se acompañó con vehemencia el Rally Dakar, una promoción gratuita que nos hubiera permitido entrar en muchos hogares del mundo.
En fin, gobierno sin iniciativa, ni sueños, ni responsables, un gobierno que si no hace algo, y pronto, habrá perdido el tren en forma definitiva.
GERMÁN JALABERT (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Ex gerente general y abogado de Sefepa SA. Ex presidente de Tren Patagónico SA