EL BOLSÓN (AEB).- El propietario de un camping ecológico Julio Muslera, se quejó ayer de la Justicia rionegrina en razón de que "tardaron 26 horas" para librar una orden de allanamiento para secuestrar un arma que -dice- le robó un vecino, con el que luego se trenzó a golpes de puños.

Al parecer, en dicho incidente reconoció la pistola con que su contrincante lo amenazó y que le habría sustraído de su vivienda. "Por supuesto que cuando llegaron no encontraron nada", agregó el ofuscado prestador. El hombre terminó ampliando su denuncia, donde relató que "mientras cenaba con unos oficiales de policía, visitó su vivienda un individuo", quien luego de discutir con él lo arremetió físicamente y sacó de la cintura un arma de fuego para amenazarlo. Ante la reacción de Muslera, quien reconoce haberle arrojado un golpe de puño, el hombre se retiró del complejo ubicado a pocos metros del río Quemquemtreu. Detalló el arma y dijo que "es una pistola calibre 22 largo, marca Bersa, con cargador y 8 proyectiles, enfundada en una cartuchera de cuero de chancho", y que el mismo sujeto se la habría robado del interior de su automóvil. Más tarde, ya cerca de las 2 de la mañana, momentos después de haberle comentado al padre de su agresor lo sucedido, escuchó tres disparos y uno impactó en un vidrio de una ventana de la planta alta de su albergue.