Viernes 09 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 27 > Sociedad
¿Cuánto vale una cumbre?

Las montañas siempre ejercieron un magnetismo muy fuerte sobre los seres humanos que no dudan en arriesgar su vida para llegar hasta su cumbre.

La historia del montañismo está llena de accidentes y en muchas montañas los muertos se cuentan por decenas.

Las estadísticas indican que mientras más accesible y "famosa" es la montaña, mayor es la cantidad de accidentes que tiene.

Tal es el caso del Aconcagua, la montaña más alta de América, a cuya cumbre se asciende en forma relativamente sencilla por su ruta normal y con algo más de técnica por el Glaciar de los Polacos, en su vertiente norte.

La ruta normal es la que tiene la mayor cantidad de muertos y le sigue la cara norte.

Entre ambas, suman más de un centenar de víctimas. La temible pared sur, reservada únicamente para montañistas expertos, no llega a la decena de accidentes.

La proliferación de los guías de montaña permitió que muchas personas con escasos conocimientos logren subir las montaña. Esto también disminuyó el número de accidentes, pero en absoluto los suprimió.

En la práctica, los clientes suelen presionar a los guías para que los suban a la cumbre, inclusive con riesgo.

Muchas veces la cima tiene un premio económico, lo cual origina un cóctel terrible.

La información reunida afirma que el grupo de italianos liderado por un guía argentino radicado en Estados Unidos logró la cumbre al atardecer, ya con mal tiempo. En su retorno, en medio de la tormenta, habría ocurrido un accidente y uno de los clientes falleció. Los expedicionarios debieron pasar dos noches a la interperie, lo cual con mal tiempo y a 6.700 metros es terrible.

El guía de montaña contaba con un teléfono satelital, lo cual es señal que tenía un buen equipo. Los detalles del accidente y de lo que ocurrió no están claros, pero tampoco podrán cambiar la historia.

De primer nivel

Si quedó claro que el Aconcagua tiene una patrulla de rescate de primer nivel, con personal altamente capacitado para intervenir en todo tipo de contingencias.

Evacuar a cuatro personas desde los 6.700 metros, desde el glaciar de Los Polacos, hacia la ruta normal, lo cual implica subir la cumbre, no es una tarea sencilla.

Máxime cuando al menos dos de ellos tenían serias limitaciones para moverse por sus propios medios.

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