RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- Más de cuarenta deportistas de Rincón de los Sauces, Buta Ranquil y Chos Malal, comenzaron ayer una rigurosa posta ciclística hacia el pie del volcán Tromen, donde emprenderán el ascenso al misterioso tronador.
La prueba deportiva partió poco después de las diez de ayer desde la plaza General San Martín de Rincón de los Sauces, con participantes de edades y funciones variadas.
Entre estos se pudo observar a una ex reina de la ciudad petrolera y al intendente de Buta Ranquil, Gabriel Barros. Sin fines de lucro y con la única intención de unir los pueblos del norte neuquino y conquistar la cima del Tromen, de 3.978 metros de altura, los ciclistas y escaladores mostraron gran espíritu deportivo a la hora de la partida, que fue aplaudida y vitoreada con bocinazos y sirenas.
Con un parque automotor de asistencia que superaba los treinta vehículos y personal idóneo que acompañará a los ciclistas durante toda la travesía, la posta se realizaba hasta última hora de ayer sin inconvenientes más que la riesgosa tarea de sortear los camiones petroleros que circulan entre los yacimientos de Rincón de los Sauces y el yacimiento El Portón, en cercanías de Buta Ranquil.
La edición 2009 del Pun Mahuida -que en lengua indígena significa cerro negro o nublado- nació de un pequeño grupo de vecinos de Rincón que alguna vez habitaron en las zonas aledañas al Tromen y nunca lograron llegar hasta el pico mismo de la imponente montaña.
La prueba consiste en unir con bicicletas en posta el centro de Rincón de los Sauces con las laderas más bajas del volcán y una vez allí, realizar el ascenso de a pie. En diálogo con "Río Negro" uno de los organizadores aseguró que "hay dos sectores por donde se puede acceder a la cima del Tromen, pero el camino más corto es paradójicamente el más empinado y como la mayoría de las personas que llevan adelante esta prueba nunca hicieron un esfuerzo físico de estas características, tomamos por las laderas con más extensión hacia la cima pero con menor inclinación".
Muchos de los participantes son comerciantes y vecinos comunes de las localidades del norte de Neuquén, que en los últimos meses adoptaron una conducta de entrenamiento rigurosa para lograr la meta.
Según señalaron pobladores que conocen las altas paredes del volcán, pasando los 3.000 metros el aire no es el mismo y el cansancio se nota aún más por la falta de oxígeno, "pero nuestros antepasados lograban subir sin equipamiento de asistencia así que su ascensión en la actualidad es posible para casi cualquier persona", aseguraron.