Martes 06 de Enero de 2009 Edicion impresa pag. 30 > Sociedad
Revivieron a una beba electrocutada
Fue en Allen y la criatura, de 18 meses, fue víctima del accidente en la zona de hornos ladrilleros donde el peligro para niños es constante.

ALLEN (AA) - La vida de la pequeña Anabel - una beba de tan solo 18 meses- estuvo en las manos de los médicos del servicio de emergencias del hospital Dr Ernesto Accame de Allen. Ayer, la criatura llegó sin signos vitales al nosocomio local luego de sufrir una fuerte descarga eléctrica, en un horno ladrillero de la Colonia 12 de Octubre. Pero los profesionales de la salud hicieron lo imposible por salvarla de la muerte y lograron reanimarla.

Una vez más, la zona de hornos de Allen volvió a ser protagonista de un accidente con niños involucrados. En esta oportunidad una beba de 18 meses se electrocutó, en medio de circunstancias que aún no fueron determinadas. Ayer cerca de las 13, la niña ingresó a la guardia del hospital sin signos vitales y con una quemadura de segundo grado en la mano izquierda que indicaba el impacto de una importante descarga eléctrica sobre el cuerpo de la menor.

Según informó la doctora Carina Soto, cuando le pequeña arribó al hospital y de manera inmediata, se inició la reanimación cardiopulmonar. Gracias al intenso e incansable trabajo de los médicos y enfermeros, la niña pudo salvar su vida. La pequeña fue identificada como Anabel Lima, de origen boliviano y que vive junto a sus padres en los hornos de ladrillo de Allen.

Según se pudo conocer fue un vecino del lugar quien halló a la pequeña desnuda y tendida en el piso con una lesión en la mano izquierda. El mismo hombre trasladó a la niña hasta la guardia hospitalaria.

Ayer por la tarde, Anabel se encontraba internada en el servicio de pediatría del nosocomio local y los médicos le realizaban estudios cardíacos y neurológicos. Cabe destacar que la zona de los hornos ladrilleros de Allen es un peligroso sector en donde los controles no existen y la seguridad de los niños brilla por su ausencia. Cientos de pequeños se encuentran permanentemente expuestos a los riegos de la industria ladrillera. Juegan en medio de los camiones de carga y los tracto elevadores mientras sus padres trabajan. El año pasado un niño murió ahogado en un pequeño canal de riego y otro perdió la vida al ser aplastado por la rueda de un tractor.

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