El gobierno nacional oficializó ayer la baja del 50% en las retenciones a las exportaciones de frutas frescas y hortalizas, anunciada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre otras medidas para el sector agropecuario.

En la resolución conjunta 38/2008 y 40/2008, publicada ayer en el Boletín Oficial, los ministerios de Producción y de Economía formalizaron la reducción de las retenciones de todas las frutas frescas y hortalizas, que incluye a las frutas de pepita y carozo, cítricos, uvas de mesa, arándanos y berries, frutillas, ajo, cebolla, papa y legumbres, entre otros.

Y redujeron también a la mitad el derecho de exportación de aquellos productos para consumo que revistieren la condición de orgánicos y que presenten el Certificado de Empresa Certificadora, autorizada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

"Estas actividades son importantes oferentes de empleo local y movilizadores de las economías regionales por su efecto multiplicador en las comunidades agrícolas en función del valor agregado con posterioridad a la producción primaria", señala la norma en sus considerandos.

La medida alcanza la producción de 120.000 productores e impacta fuertemente en las provincias del Noroeste (NOA) y Noreste (NEA) argentinos y en provincias como San Juan, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes, Río Negro, Neuquén y Santa Cruz, entre otras.

Son beneficiadas las producciones de frutas de pepita, frutales de carozo, cerezas, cítricos, uva fresca y pasas, arándanos, berries como frambuesa, grosella, zarzamora, ajo, cebolla, olivos, papa, legumbres, y producciones hortícolas de los denominados "Cinturones Verdes" del Sur, Noroeste y Noreste de la provincia de Buenos Aires.

En la región del Valle de Río Negro y Neuquén las medidas fueron tomadas en forma positiva. Es que con esta caída en las retenciones alrededor de 16 millones de dólares vuelven al sistema productivo.

Las exportaciones frutícolas valletanas estaban gravadas con un 10% del valor FOB declarado por los exportadores. Esto significaba una transferencia de recursos desde la órbita privada a las arcas del Estado nacional del orden de los 32 millones de dólares por año.

Con la rebaja del 50% de las retenciones, el Estado deja en el sistema aproximadamente 16 millones de dólares. Esto equivale a unos 0,35 dólares por kilo de fruta a exportar que quedan para la producción.

La medida comenzó a regir a partir de ayer, por lo que se verían beneficiadas, en parte, la uva de mesa y el carozo exportado y en su totalidad las peras y manzanas de la región.

Las repercusiones de esta nueva medida oficial para la región fueron tomadas con optimismo por los distintos actores de la actividad.

Los anuncios llegaron en un momento clave para la fruticultura regional, que se encontraba acorralada entre los mayores costos de producción y las pérdidas de expectativas generadas por la crisis económica internacional. Estos fondos, que en realidad vuelven a la actividad, no eran esperados por los exportadores ni por los productores. La medida, según se supo, fue tomada directamente por la presidenta. (Telam y AR)