ROMA - El papa Benedicto XVI hizo ayer un llamamiento a la paz en todo el mundo, para la que reclamó una "solidaridad global", y condenó la escalada de violencia en Cercano Oriente.
"El profundo anhelo de paz de la gran mayoría de la población israelí y palestina" puede poner freno "a la violencia masiva en la Franja de Gaza", indicó Benedicto durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro por la llegada del nuevo año.
La Iglesia católica celebra desde hace 42 años el 1 de enero como Día Mundial de la Paz. El papa Pablo VI se dirigió en 1967 a todos los gobiernos del planeta con un mensaje de paz y dejó instituida esta tradición. Benedicto criticó en su homilía cualquier forma de rearme y reclamó una "solidaridad global" para lograr la paz en todo el mundo. "También la violencia, el odio y la desconfianza son formas de la pobreza", añadió.
"Tener en cuenta en primer lugar a los pobres. Esa es exactamente la solidaridad global, a la que también instó el papa Juan Pablo II", dijo el sumo pontífice. Las "dificultades inmediatas desencadenadas por la crisis financiera, el estado del planeta y sobre todo la crisis de los valores morales y culturales" exigen una "revisión global del modelo de desarrollo dominante". Ya no basta con "remendar los rotos", añadió.
A mediados de noviembre, el Papa ya había publicado un mensaje titulado "Combatir la pobreza, crear la paz", en el que entre otros instaba a fomentar el amor al prójimo cristiano entre países pobres y ricos. El hambre, la pobreza y la mortalidad infantil en el mundo, junto con las pandemias como el sida, la tuberculosis y la malaria, que ejercen una "fuerte influencia en el empeoramiento de las condiciones de vida de un país", sólo pueden combatirse mediante la cooperación mundial, afirmó el sumo pontícife. (Agencias).