NUEVA YORK (DPA).- Ernest Hemingway le reconoció ya en 1944 un "talento endiablado". Fue cuando Jerome David -abreviado J.D.- Salinger apenas había publicado un único cuento. En 1948 se ganó a exigentes lectores gracias a una colaboración con la revista "The New Yorker" y en 1951 logró seguidores en todo el mundo con la novela de culto "El guardián entre el centeno".
La historia del adolescente Holden Caulfield, que se resiste frente a la hipocresía y desesperanza del mundo adulto, incluso fue comparada con el "Werther" de Goethe. Fue su única novela.
Ayer, J.D. Salinger cumplió 90 años. Lo que hizo el día de su cumpleaños, cuál fue su estado de ánimo y si acaso estuvo trabajando es un secreto del propio Salinger.
Molesto por el revuelo y la fama que generó su libro, se retiró poco después de la vida pública. Desde hace 56 años vive aislado tras altas cercas en Cornish, un refugio en las colinas de New Hampshire en el noreste de Estados Unidos. Al principio siguió en contacto con el exterior con relatos breves. En 1953 apareció su libro "Nueve cuentos", en 1961, "Franny and Zooey" y dos años después, "Levantad la viga carpinteros".
Hace 43 años, el 19 de junio de 1965, "The New Yorker" publicó su nouvelle "Hapworth 16, 1924" del ciclo sobre la familia Glass. Luego Salinger, uno de los autores norteamericanos más leídos y respetados de posguerra, se sumergió sin anuncio en el silencio. Ni una línea suya ha salido a la luz desde hace 43 años. "Sólo escribo para divertirme", señaló al "New York Times" en 1974 por teléfono. Agregó que el no publicar le otorgaba "una paz maravillosa". El resto de lo que sabemos o creemos saber sobre J.D. Salinger proviene de fuentes secundarias. Él, con noventa años ya, sigue oculto.