Lunes 29 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 8 > Regionales
Un edificio para el pasado

Según sus panegiristas más entusiastas, la obra que hoy se inaugura es una monumental mole cuyos 19.000 metros cuadrados constituyen el edificio público más grande en la historia de Río Negro. Sin duda se trata de una estructura imponente, que tiene amplios espacios destinados no sólo a cobijar los tribunales de todos los fueros en la Segunda Circunscripción sino todas las funciones que forman parte de la actividad judicial y que debieron desenvolverse de manera precaria por falta de medios adecuados.

El edificio fue proyectado hace 35 años, pero construido con vigor hace un año y medio. Por más de tres décadas permaneció como un mudo testimonio de la ineficiencia de la obra pública provincial. En el momento en que fue concebido y proyectado en su forma original, estaba destinado a albergar a la circunscripción más importante de Río Negro con jurisdicción desde Catriel hasta Río Colorado. Como además Roca es la sede de tribunales federales y de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Comahue, era probablemente el centro judicial más importante de la Patagonia.

Pero, durante esos años, junto con la lenta evolución del edificio, hubo una gradual y paulatina reducción de la jurisdicción de la circunscripción hasta convertirla en un pálido reflejo de lo que fue en su momento. El desguace de la circunscripción se hizo en medio de un estridente silencio de los organismos que habitualmente deben opinar o decidir sobre la materia, entre ellos el Superior Tribunal de Justicia y el Colegio de Abogados. El tema no era nada menor. Se trataba nada menos que de establecer cuál era la forma adecuada de resolver la estructura del Poder Judicial, cuestión en la que su cabeza visible -el Superior Tribunal- debía ser un actor fundamental. Y además implicaba el hecho de aceptar que las decisiones referentes a la estructura del Poder Judicial pudieran resolverse por razones políticas electorales. Ambos organismos ni siquiera fueron consultados.

El resultado final de este vaciamiento efectuado en la forma más indolora posible fue que el enorme edificio que se inaugura está sobredimensionado con relación a lo que queda de la jurisdicción originaria que le dio fundamento. Habrá que esperar muchas décadas, y seguramente una buena dosis de fortuna en el progreso de la actualmente menguada jurisdicción de los tribunales de Roca, para justificar la extraordinaria dimensión física que tiene la obra.

El responsable principal de este vaciamiento fue el gobierno de Saiz, pero este desmenuzamiento de la jurisdicción no hubiera sido posible si el STJ, como correspondía, hubiera reclamado por lo que constituye -de hecho aunque no de derecho- una facultad que debería ser exclusiva, y si organismos como el Colegio de Abogados hubiese a su vez reclamado por lo que constituía un serio deterioro del procedimiento de estructura del Poder Judicial al subordinar la determinación de las jurisdicciones y la creación de nuevos juzgados a intereses políticos electorales y no a causas fundadas en la mayor eficiencia del sistema judicial. En este caso, los tribunales de Roca quedaron vaciados en gran parte de sus causas y la creación de nuevos tribunales ha virtualmente duplicado el Presupuesto del Poder Judicial sin que ello necesariamente redunde en beneficio de la administración de Justicia.

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