ISRAEL.- Esta última Navidad,la guerra ya se olía en el ambiente. El jefe de la Iglesia Católica en Tierra Santa, en su homilía hizo un llamamiento: "Estamos buscando la paz que hemos perdido, la paz que devuelve a la humanidad su dignidad, que ha estado ausente en los últimos años y se ha mezclado con sangre". También se refirió al famoso muro que levanta el Estado de Israel que, según él, es para defenderse de los ataques suicidas de terroristas islámicos: "Sea lo alto que sea nunca traerá seguridad".
"Ha llegado el momento de actuar sin compromiso y sin contemplar las consideraciones políticas para proteger a los residentes de Sderot y de las comunidades lindantes con la Franja de de Gaza", señaló el partido socialdemócrata que por lo general se muestra partidario de las negociaciones y el diálogo.
Esta vez dijo que "la actual escalada de ataques contra Israel no ha dejado otra opción que actuar en dos frentes al mismo tiempo: golpear a Hamas en forma selectiva y trabajar para un nuevo alto el fuego".
Mientras tanto, la sociedad israelí se divide frente a una operacion armada en Gaza, de consecuencias impredecibles. Sobre todo los habitantes de Sderot, la sureña ciudad que recibe la lluvia incesante de misiles Qassam, reclaman acción de parte del Estado y el Ejército en su auxilio.
Por otro lado, hay quienes plantean sus dudas, sobre todo en recuerdo de la última aventura bélica del 2006 en el sur del Líbano, que concluyó claramente en derrota del Ejército israelí frente a la guerrilla del Hizbollah.
Sin embargo, el propio jefe del Estado Mayor del Tzahal (Fuerzas Armadas de Israel), Gabi Ashkenazi, dijo el día de Navidad ante los cadetes de la Fuerza Aérea: "Israel deberá utilizar toda su fuerza para dañar la infraestructura terrorista y crear una realidad diferente y segura en los alrededores de Gaza".
El propio primer ministro Olmert, en su último discurso, justo el día de Navidad, se dirigió a los habitantes de la Franja de Gaza por medio del canal árabe Al Arabiya: "Les digo a ustedes que en el último minuto una llamada basta para detenerlos. Detengan esto. Yo sé que los ciudadanos de Gaza pueden detenerlo. Yo sé cuánto quieren levantarse en la mañana con tranquilidad, llevar a sus hijos a la guardería o la escuela, igual que lo desean los ciudadanos israelíes en Sderot y Netivot. Queremos vivir como buenos vecinos con Gaza. No queremos perjudicarlos y no permitiremos una crisis humanitaria, donde se sufre por falta de alimentos y medicinas. No queremos luchar contra el pueblo palestino, pero no vamos a permitir que Hamas ataque a nuestros hijos. No dejen que Hamas -que está actuando en contra de los valores del Islam- los ponga en peligro".
Esta pasada Nochebuena hubo paz en Tierra Santa, pero cargada de incertidumbre y miedo por los días de guerra que estaban por venir. Una sensación que no le era extraña a nadie.
MARIANO SARAVIA
(Especial para "Río Negro" desde Israel)