CIPOLLETTI (AC).- A pesar del importante despliegue policial y judicial que hubo hasta los primeros minutos de ayer en la zona céntrica de Cipolletti, no lograron detener a los dos sospechosos del asalto al locutorio. Los autores no estaban en la vivienda que fue allanada, ni en las inmediaciones. Por eso suponen que habrían huído antes o bien poco después de que comenzara el tiroteo y persecución, que culminó con la aprehensión de dos cómplices.
El procedimiento sorprendió a muchos cipoleños porque con la finalidad de atrapar a los delincuentes la transitada calle Irigoyen, entre Saenz Peña e Italia, quedó cortada al tránsito. Todo el sector fue copado por móviles policiales y uniformados armados.
Ayer se conocieron más detalles del asalto que originó esta movida policial. Según informó el comisario Samuel Sánchez, a cargo de la comisaría 32, a las 21.50 del viernes cuatro sujetos ingresaron al locutorio ubicado en Avenida Alem y Villegas. Uno de ellos estaba armado. Tras reducir a la persona que se encontraba atendiendo y a un menor de edad que se hallaba en una de las computadoras (funciona un ciber también allí), se apoderaron de unos 800 ó 1.000 pesos en efectivo, además de tarjetas telefónicas.
La situación comenzó a ponerse tensa cuando uno de ellos salió, aún con el rostro semitapado, y advirtió que en las inmediaciones había un móvil policial. Apresuró su marcha hacia calle Villegas, llamando más aún la atención de los efectivos que intentaron interceptarlo. Pero el joven se subió rápidamente a un vehículo, del lado del acompañante, y mientras el auto se ponía en marcha "sacó su brazo por la ventanilla y disparó".
"Ante esta actitud los efectivos efectuaron disparos", comentó Sánchez. Así empezó la persecución por Villegas, Teniente Ibañez, Sarmiento e Irigoyen, donde finalmente se realizó el operativo.
Es que los sospechosos ingresaron a la vivienda del padre de uno de ellos, en Irigoyen al 700, frente al Círculo Italiano. La policía rodeó la cuadra y copó con móviles y efectivos el sector para atraparlos. Los dos que huían -de 19 y 30 años- no se resistieron a la detención, y secuestraron el Ford Fiesta utilizado.
Los uniformados creían que en la propiedad podían estar ocultos los dos cómplices y que allí podía estar lo sustraído, además del arma de fuego utilizada en el atraco. Por eso pidieron la presencia de la jueza María del Carmen García García para allanar el lugar. Pero cuando se realizó la inspección, el resultado fue negativo.
Presumen que las otras dos personas que vieron los daminificados del asalto habrían escapado poco antes o segundos después de que se produjera el encuentro con la policía, en calle Villegas.