Pablo García, a pesar de su juventud, aprendió a conocer las plantas medicinales que le permiten preparar pomadas, tés y aceites esenciales. La técnica del doblado de alambres le sirve como una oferta adicional de bijouterie artesanal en el espacio que consiguió en el "Globito Azul". Toda su producción la vuelca en casi todos los "nodos" del club.
"Acá está bueno porque conseguimos de todo para comer y a nosotros nos sirve de mucho al descubrir que mucha gente (por su sangre aborigen) conoce una ´bocha´ de plantas facilitando el intercambio", destacó con una sonrisa optimista.
Viviana Díaz es ama de casa. Vive en el barrio Lavalle, uno de los más humildes de la ciudad, junto a su marido y dos hijos. "En lugar de ir a la verdulería -apuntó- vengo al trueque. A veces traigo ropa, zapatillas o mercadería que conseguimos con mi marido para intercambiar".
"¡Otro que tire y pegue..., otro que tire y pegue...!, ¡ vamos doña..., que se me termina la lechuga!". Así se presenta Carlos Chorolque. Como "mediero" explota una chacra en la colonia agrícola del Valle de Viedma. Trabaja de sol a sombra compartiendo un puesto en la feria de la ciudad y durante toda la semana recorre todos los espacios que le ofrece el Globito Azul". (AV)