Viernes 26 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Sociedad
Seis mujeres construyen guardería municipal
Son beneficiarias de planes sociales con nuevo oficio. Demuestran que el trabajo duro no es "cosa de varones".

LAMARQUE (AVM).- Son seis mujeres llenas de valentía que aceptaron el desafío de aprender el arte de la construcción, y que con sus manos le van dando forma al edificio que será la guardería municipal. Las ayudan dos albañiles varones y cada tanto un arquitecto las aconseja y orienta.

Si bien ver a las mujeres trabajar en duros oficios en estos tiempos no es ninguna sorpresa, el ejemplo de su hidalguía siempre se renueva y es válido.

Desde hace un tiempo es común encontrar a mujeres barriendo calles o juntando residuos en cada una de las localidades vallemedienses. Las mujeres constructoras se han convertido en toda una novedad cuando, a través de cooperativas, comenzaron a construir sus propias viviendas en Pomona. Esto es algo similar, que con el tiempo puede llegar a ser igual.

El municipio de Lamarque consiguió un aporte del Estado Nacional para la construcción de una guadería municipal que se está levantando en la misma manzana donde se encuentra ubicado el hospital, lindando con la "Casa de la Tercera Edad".

Las seis mujeres trabajan dentro del "Programa de Empleos Transitorios en Obra Pública Local con Aporte de Materiales Trabajadores Constructores y Entrenamiemto para el Trabajo" y tienen el compromiso del intendente Sergio Hernández de que quedarán en su labor hasta la finalización total de la obra.

Hasta allí, todas las mañanas bien temprano, "para terminar antes de que empiece a ´picar´ el sol", llegan las seis escuderas que de a poco van aprendiendo el duro oficio de la albañilería.

Empezaron doce pero quedó la mitad. Ellas son Amelia Vivero -37 años, seis hijos-, Alexandra Huechuqueo -26, tres hijos-, María Elisia Gil -50, siete hijos-, Lidia Epullán -40, siete hijos- y Lidia Hodes Saldías -34, tres hijos-. El grupo lo completa la más joven de todas y la única que está en pareja, Paola Alonso -28, tres hijos-.

Trabajan cuatro horas y luego se retiran a sus casas "a descansar y estar con nuestras familias, el trabajo es duro pero es lo que hay", dice Lidia.

Cuatro de ellas pertenecen al Plan Jefas de Hogar y las dos restantes como Desocupadas y perciben trescientos pesos como única remuneración, salvo las cuatro primeras porque suman ciento cincuenta pesos más.

El cimiento de la obra ya empieza a tener algunos ladrillos que poco a poco se van pegando. "Llevamos tres meses trabajando, nos enseñaron a hacer las bases y las dudas que podemos tener nos las aclaran los dos albañiles que están con nosotras", apunta Amelia.

María Elisia se anima y dice: "Cada tanto nos vienen a buscar para capacitarnos en el Centro Cultural y después volvemos a nuestro trabajo, esto es mucha práctica y la llevamos bastante bien".

La primera evaluación de la Gerencia de Empleo y Capacitación Laboral (GECAL) fue satisfactoria. "Pasaron el primer examen y eso nos pone bien porque son mujeres que quieren aprender y superarse", expresa el arquitecto Roger García y agrega que "en estos días tendrán el baño en la obra así no tienen que ir hasta el asilo o usar los sanitarios del hospital".

En un período de entre seis y ocho meses la guardería deberá estar terminada.

El edificio cuenta con tres salas, tres baños, un salón grande y otros despachos que suman un total de quinientos metros cuadrados.

Los horarios los adecúan las mujeres de acuerdo a las altas temperaturas y, a pesar de que el contrato se renueva cada mes, el trabajo está asegurado. "La continuidad está garantizada, que se queden tranquilas, ellas comenzaron y ellas la inaugurarán, sé que es un trabajo duro pero también veo que tratan de superarse", apuntó a este medio el intendente Hernández.

Vida sacrificada, dura vida. Es la historia de estas seis mujeres que como tantas otras en la región trabajan para poder llevar el sustento a sus casas y a los suyos. Un brindis por ellas.

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