BAGDAD (DPA).- Varios cientos de miles de cristianos iraquíes pasaron la Nochebuena y la Navidad padeciendo la expulsión de sus hermanos de fe en Irak, sobre todo en el norte del país.
En Bagdad, donde en los últimos meses la situación de seguridad en general mejoró, celebraron en iglesias y monasterios.
El gobierno del país mayoritariamente islámico dispuso amplias medidas de seguridad.
En señal de respeto a la minoría cristiana, declaró el jueves como feriado oficial.
En un mensaje de salutación a los cristianos, el presidente iraquí, Yalal Talabani, que es kurdo sunnita, señaló que "las comunidades de los antiguos cristianos en Irak contribuyeron decisivamente a la construcción de la cultura y la civilización del país".
El primer ministro Nuri al-Maliki, shiíta, subrayó que su gobierno hará todo para "posibilitarles una vida en seguridad" a los cristianos.
Los habitantes cristianos de la capital iraquí subrayaron su deseo de paz y respeto mutuo entre las confesiones. Actualmente tienen una gran preocupación por sus allegados en Mossul, la metrópolis violenta en el norte iraquí.
En el marco de una campaña terrorista, en otoño extremistas habían asesinado ahí a un obispo, a varios clérigos y numerosos cristianos más.
Aproximadamente la mitad de los 20.000 cristianos de Mossul huyeron de la ciudad desde septiembre. Antes de la invasión estadounidense a Irak en 2003, vivían unos 800.000 cristianos en este país del golfo Pérsico. Desde entonces se sucedieron los ataques violentos contra esta minoría. Se calcula que en el interín un tercio de los cristianos huyeron de Irak.