BOMBAY, India (AFP).- Los hoteles Taj Mahal y Trident de Bombay, atacados a finales de noviembre por un comando islamista, reabrieron ayer bajo un dispositivo de seguridad imponente, en momentos en que India espera atraer turistas a su costa occidental para los festejos de fin de año. Estos dos establecimientos de lujo y el hotel Oberoi, que sigue cerrado, se han convertido en símbolos del ataque coordinado de diez asaltantes, del 26 al 29 de noviembre, en la trepidante capital económica de la décima potencia mundial. De las 163 personas, entre ellas 26 extranjeros, que perdieron la vida en varios lugares de esta ciudad, 32 perecieron en el Trident y 31 en el Taj Mahal Palace. Los directivos de los hoteles rindieron homenaje a las víctimas y elogiaron al personal que hizo posible la reapertura en tan poco tiempo. |