LONDRES (AFP).- La ciudad escocesa de Lockerbie conmemoró ayer con sencillez el atentado sufrido por un avión de la compañía estadounidense Pan Am que el 21 de noviembre de 1988 que dejó 270 víctimas fatales.
Más de 150 personas se reunieron en el cementerio de Lockerbie para depositar un ramo de flores en recuerdo de los 259 pasajeros del vuelo 103 Londres-Nueva York que murieron en la explosión, a 9.400 metros de altitud, y de las once personas que perecieron en la ciudad.
La explosión del avión -que sigue siendo el atentado con mayor número de víctimas cometido en Gran Bretaña- provocó una "lluvia" de partes del fuselaje, cuerpos destrozados y todo tipo de objetos que cayeron sobre Lockerbie.