SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Por unanimidad y en medio de una larga sesión, que reunió los últimos temas de tratamiento hasta febrero próximo, los concejales aprobaron los estudios de factibilidad ambiental para las 108 viviendas de la Chacra 30 y la urbanización de la Chacra 32.

Se trata de instrumentos considerados vitales para avanzar en proyectos que den respuesta al acuciante déficit habitacional que padece esta ciudad.

El estudio de Chacra 30 evaluó una urbanización de 108 viviendas, de aproximadamente 60 metros cuadrados cubiertos, en lotes de hasta 200 metros cuadrados , cuyo fin es mitigar la demanda habitacional de sectores que no pueden acceder a una vivienda y, a su vez, generar mano de obra.

Respecto de la provisión de servicios en la zona afectada, la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda indicó que el suministro de agua se realizará a través de una red interna de distribución; el acceso al servicio de gas a través de la red actualmente en ejecución en el sector de las 120 viviendas; la provisión del servicio eléctrico mediante la red a ejecutar por la empresa Werefkin, también en la obra de las 120 viviendas.

Para la Chacra 32, el estudio evaluará una urbanización de 367 viviendas de unos 60 metros cuadrados en lotes de por lo menos 200 metros cuadrados, que beneficiarán a un total cercano a las 2.000 personas, para sectores de la población que no pueden resolver su necesidad por medios propios.

En la zona se prevé la construcción de una planta de tratamiento transitoria, a fin de realizar el tratamiento efluentes que funcionará hasta la construcción de la nueva "PT3". Se prevé la construcción de toda la red cloacal de la urbanización.

Para el suministro de agua se prevé la realización de perforaciones para aprovisionamiento subterráneo del acuífero existente o la construcción de un nuevo acueducto desde Chacra 30, por la imposibilidad de la Cooperativa de Agua Potable de conectar a este nuevo barrio con la red en funcionamiento.

En ambas urbanizaciones se prevén distintos métodos de mitigación de sus impactos, tales como la plantación de arbolado público, correcta conducción de los efluentes pluviales a través de cunetas de escurrimiento y corrección de taludes.