Domingo 21 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
LA PEÑA: Un buen par de ideas

Una buena idea, sí eso fue, una buena idea, o mejor dicho un buen par de ideas más allá de los resultados económicos que le pueda generar a un canal de televisión.

Tanto Coronados de Gloria, como Talento Argentino, de Canal 9 y Telefé respectivamente, abrieron una puerta infinitamente valiosa para los desconocidos del país, que de otro modo tal vez jamás hubieran tenido. Los vieron millones de personas cada día, mostraron habilidades y dejaron sobre el escenario la excelencia de cada disciplina.

Lo de Coronados de Gloria es asunto del año pasado, pero lo de Talento Argentino es muy reciente. La primera conclusión es modestamente cuántos talentos tiene este país que no llegan jamás a un escenario de estas características y cuántos que ni siquiera llegaron a esa instancia.

Lo concreto es que tras un largo batallar, un humorista, la mejor expresión del humor de Córdoba, se quedó con el premio mayor, merecido, bien merecido porque se animó a plantear un tema complejo, se metió con los pastores religiosos y los ridiculizó con el humor. Y no es tarea simple porque se trata de un tema con el que nadie quiere meterse pero del que todos opinan.

Es un humor comprometido, una manera real y certera de decir a través de la risa que se piensa de un modo u otro. Cuántos piensan que en el rubro de los pastores hay gente seria y hay miles de chantas. Bueno, Martín Bustos lo expresó con todas las letras y puso a medio país a ritmo de carcajada para que si hubo algún ofendido, ni siquiera se animara a decirlo.

Creo que se animó a plantear el humor desde una enorme capacidad, sin disfraces, sin decorados extraños, con el gran capital de lo que en definitiva se llama talento.

Tal vez las opiniones estén tan divididas como los que pretenden que uno u otro sea campeón del fútbol argentino, pero me pareció acertada la decisión final, más allá de que me hubiera gustado que algún regional se quedara con ese reconocimiento. Igual, tanto el joven neuquino como la cipoleña, tuvieron un destacadísimo papel en esta instancia y abrieron un camino impensado hace poco tiempo que los llevará al éxito.

El hombre de las marionetas, que se quedó con el segundo lugar, también se llevó el premio a la genialidad, esa genialidad que sólo los talentos tienen a la hora de innovar. Casualmente también cordobés es Alexander Lencina. Sólo coincidencia, pero la verdad desplegó marionetas sobre el escenario que sólo recibieron aplausos a cambio. Una verdadera genialidad porque expresó desde la sensualidad del baile al cuarteto cordobés con simples marionetas.

El programa no sólo sirvió para conocer ganadores, también sirvió para saber que en este país las genialidades desde la música, desde la danza, desde el arte están intactas a pesar de tantos pesares y que este empujón que reciben los consagrados, puede ser la puerta para el éxito tan soñado, con respaldo de la creatividad, de la capacidad de sorprender, de decir, de cantar.

Este país de tantos pesares genera pequeños grandes genios que tuvieron su oportunidad para mostrarse al país cada noche que les tocó.

Ojalá no pase lo que pasó con Jonatan Lillo, que ganó Coronados de Gloria y al poco tiempo nadie habla de él. Del éxito al silencio, porque al menos en materia de trascendencia, quedó en claro que esa luz duró poco, a pesar de la excelencia de su apuesta. Jonatan Lillo, el joven de Picún Leufú tiene un enorme capital, más allá del silencio presente.

Sirve, claro que sirve. Este gran paso tiene el respaldo de la genialidad, del talento de los que se animaban a mostrar su capacidad a sus amigos y ahora lo hacen para un país que los aplaude.

 

JORGE VERGARA

jvergara@rionegro.com.ar

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