Los dos salieron a jugar el partido tratando de controlar energías, debido al intenso calor, regulando, tratando de descansar en base a la posición de la pelota, pero también desde fuera de la cancha dio la sensación que los nervios y la ansiedad dijeron presente.
San Lorenzo se plantó con Pablo Barrientos y Santiago Solari bien abiertos por las puntas, pero cada uno desde su sector más que volantes-carrileros fueron enganches, tratando de generar fútbol, cerrándose para la subida de los laterales e intentando confundir a un esquema más clásico del conjunto de la ribera.
Desde el inicio los dirigidos por Miguel Russo buscaron plantarse en campo contrario, pero los volantes no pudieron conectarse, en el primer cuarto de hora, los delanteros y entonces sus intenciones de ataque quedaban en eso, intenciones.
Boca se paró decididamente de contra, esperando ver que hacía San Lorenzo y como Juan Román Riquelme no entraba en juego sólo asustaba algo con alguna pelota cruzada al área.
Si Riquelme no aparecía en el juego no era por decisión suya, sino por la falta de compañía del resto de los volantes, que estaban más preocupados por marcar que por atacar, retrocedían más de lo que avanzaban y por eso Román por momentos era un espectador de lujo de este trascendental partido.
La primera situación clara de gol del partido llegó a los 17 minutos, luego de un desborde de Gonzalo Bergessio por derecha, quien pese a estar atorado por Juan Forlín pudo enviar un centro para que lo conecte de cabeza solo Andrés Silvera en el primer palo, sin marca, pero el delantero no le acertó al arco.
Tres minutos después de esa situación se vivió un momento de mucha tensión, cuando cerca de la mitad de cancha chocaron con sus cabezas Silvera y Forlín. El zaguero de Boca cayó inconciente y se vio claramente como el doctor Jorge Batista le metió los dedos en la boca para que el jugador no se ahogue con la lengua.
Durante seis minutos estuvo interrumpido el partido, en medio de un gran temor, hasta que Forlín reaccionó, pero tanto el zaguero como Silvera fueron reemplazados por Facundo Roncaglia y Cristian Chávez, respectivamente.
Cuando se reanudó el juego nada cambió, en realidad, todo empeoró, porque el partido comenzó a ser más peleado y todo se desarrollaba muy lejos de los arcos.
Dentro de ese mediocre panorama, el que insinuaba más era San Lorenzo, que cerca del final del primer tiempo tuvo otra chance, esta vez en la cabeza de Bergessio, quien luego de un centro perfecto de Aureliano Torres mandó la pelota rozando el palo derecho de un vencido Javier García.
Pese al dominio estaba claro que este no sería el primer tiempo soñado por los hinchas de San Lorenzo, más cuando tuvo que ser reemplazado Chávez, pocos minutos después de ingresar, por Juan Carlos Menseguez.
De los dos el único que hizo algún mérito, no muchos, para estar en ventaja fue el equipo de Boedo, pero el fútbol no conoce de justicia y por eso Boca pudo irse al descanso en ventaja, gracias al gol que marcó Viatri, quien con un fuerte cabezazo venció a Agustín Orión, luego de un centro preciso enviado por Riquelme desde la izquierda. Télam |