La confianza de los consumidores argentinos se desplomó un 28,1 por ciento en el 2008, dijo ayer un informe privado, en un nuevo indicador del deterioro de las variables económicas del país tras seis años de fuerte expansión.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora la Universidad Torcuato Di Tella, mostró una caída del 5,3 por ciento en diciembre frente a noviembre, en el tercer mes consecutivo de baja.

El gobierno argentino lanzó una batería de medidas en las últimas semanas para revertir la desaceleración de la economía, que se refleja en la mayoría de los indicadores de los últimos meses, como producción industrial o consumo de la población.

Entre los tres rubros que definen el índice, la mayor caída anual se registró en el capítulo de predisposición a la compra de electrodomésticos, automóviles y casas, que retrocedió un 44 por ciento en el año.

Luego se ubicó la evaluación de la situación personal con el 25 por ciento de baja y de la situación macroeconómica, que cayó un 18,5 por ciento.

La confianza de los consumidores acumula una merma del 39,2 por ciento desde el record histórico de enero del 2007.

En la ciudad de Buenos Aires, el ICC mostró un retroceso anual del 21,54 por ciento, mientras que en el interior del país la caída fue del 27,2 por ciento y en el cordón urbano que rodea a la ciudad de Buenos Aires -la zona más poblada y pobre del país- la pérdida de confianza fue del 30,4%.

Según estratos sociales, entre la población de ingreso bajo la confianza cayó un 26,6 por ciento en el año, mientras que para los habitantes de mayores recursos el retroceso fue del 27,5 por ciento.

El sondeo privado fue realizado entre el 3 y el 10 de diciembre con más de 1.200 casos relevados telefónicamente en todo el país.

La situación de la Argentina no escapa a las generales de lo que impera. La voraz desaceleración de la economía global tumba al precio del petróleo, los commodities y hace retroceder los principales mercados bursátiles, a pesar de las dramáticas medidas tomadas por organizaciones, gobiernos y bancos centrales.

El precio del barril de petróleo estadounidense, que en julio último llegó a 147 dólares, cayó ayer más de 6 por ciento hasta 33,87 dólares. La ingente recesión que envuelve la economía global se ensañó hoy con las principales bolsas alrededor del mundo. El Dow Jones estadounidense perdió 0,41 por ciento, a pesar de que el gobierno de la principal economía del planeta anunció un rescate de 13.500 millones de dólares para la industria automotriz.