BUENOS AIRES (ABA).- El juez federal Norberto Oyarbide, informó ayer a los padres de Verónica Díaz, la joven rionegrina fallecida hace casi 4 años tras recibir Yectafer adulterado, que el retraso para elevar la causa a juicio oral obedeció a que en los últimos meses, tras los pedidos que hizo por televisión, aparecieron 30 casos más de damnificados por la falsificación de medicamentos.

Oyarbide indicó que eso le permitió profundizar la investigación y les anticipó a Nicolás y Graciela que tras la feria judicial de enero, a más tardar a fines de febrero, confirmará la fecha del inicio del juicio, posiblemente para mediados de 2009.

La señora Graciela Díaz, contó a este diario que en un momento de la entrevista le preguntó al magistrado si la muerte de su hija podía tener algún tipo de vínculo con el triple crimen por la ruta de la efedrina.

Para su sorpresa, Oyarbide refirió que días antes de que apareciera el cadáver de Sebastián Forza, los abogados de éste lo visitaron a su despacho para gestionar una reunión. Esta nunca pudo llevarse a cabo, pues pocos días después Forza fue asesinado y dejó "helados" a varios jueces.

Los padres de Verónica anunciaron, además, que el próximo martes habrá en Viedma una marcha para recordar el cuarto aniversario del fallecimiento de su hija, insistir con la demanda de justicia y advertir sobre la proliferación de medicamentos falsos o en mal estado.

"El juez nos aseguró que los integrantes de la banda dedicada a falsificar clandestinamente los remedios, no van a poder escapar", señaló Nicolás en referencia a las 15 personas acusadas por la falsificación.

Oyarbide, ante otra pregunta, también hizo referencia a los procesamientos firmes de Santiago Lucio Gavazza, el propietario de la droguería de Bahía Blanca que entregó el Yectafer, y de Santiago Pacayut, quien lo compró mientras se desempeñaba como director del hospital Zatti, de Viedma.

Gavazza y Pacayut son considerados coautores responsables del delito de tráfico culposo de medicamentos peligrosos para la salud, al haber puesto al alcance de la población hospitalaria y de los centros asistenciales dependiente de ella, la droga falsa.