Adentro la sesión. Afuera el tumulto. A pocas cuadras del recinto, el agua caía sin piedad sobre unos 200 manifestantes. En la puerta de la Legislatura esperaba una cantidad similar de policías. Ante el intento de ingresar de los estatales, se produjeron empujones, voladuras de botellas de plásticos, de residuos e insultos dirigidos a los diputados que sesionaban.
Entonces, el presidente de la bancada justicialista, Carlos Peralta, pidió un breve cuarto intermedio. Propuso que se permitiera el ingreso de cuatro estatales que pretendían entregar un petitorio pero el resto de los presidentes no estuvo de acuerdo y la sesión continuó normalmente. Horas más tarde, los gremialistas negociaban para que los bloques de la oposición escucharan sus demandas.
Por los empujones y los golpes de puño, un docente y un policía resultaron lesionados en el rostro. Después del agua llovieron huevazos contra la fachada legislativa. Hubo dos momentos de tensión máxima: cuando una empleada debió ser sacada del recinto por una lipotimia y cuando otra ambulancia se llevó a una manifestante que, en medio de las trifulcas con la policía, fue empujada y se desmayó.
La movilización buscó marcar la oposición a un presupuesto no sólo porque no incluye aumento salarial sino por la reducción de personal docente que significará 900 cargos. De la misma forma los estatales critican un incremento en la planta del ministerio de Gobierno y de la secretaria General que ya tiene casi 1.008 cargos "sin que se sepa dónde cumplen funciones". Además, la Unter llegó con un pedido de juicio político al ministro Pega.