El destructor "Almirante Chabanenko" se tomó su tiempo para entrar en el puerto de La Habana. Pero tampoco hay tanta prisa; al fin y al cabo, han pasado 17 años desde la última vez que se vieron barcos rusos, entonces soviéticos, en aguas cubanas.
Las salvas lanzadas desde el potente destructor, uno de los más modernos de la flota rusa, fueron respondidas por los cañones de la fortaleza del Morro, histórica defensora del puerto capitalino, y el ruido de los disparos atrae a cientos de habaneros curiosos que se agolpan en el muelle para ver la ceremonia oficial de recibimiento.
Una banda musical y altos oficiales de la Marina de Guerra Revolucionaria esperan en el muelle, mientras la tripulación del destructor, también con uniforme de gala, se cuadra en la cubierta durante las maniobras de ataque. Al destructor lo acompañaron de los dos buques de apoyo que lo acompañan, el "Iván Búbnov" y el "SB-406".
Cientos de curiosos se acercaron hasta el puerto para ver llegar a los barcos La flotilla cumplirá en Cuba una visita de cinco días que supondrá la culminación de su periplo por aguas latinoameriancas, donde junto con otros buques militares rusos realizó maniobras militares y visitó Venezuela, Panamá y Nicaragua antes de llegar a la Mayor de las Antillas.
El consejero de la embajada rusa en Cuba, Alexander Moiseev, declaró a medios de su país que la visita busca dar un "impulso" a la "cooperación militar" entre los dos países. La llegada de la flota rusa se produce a menos de un mes de que el presidente ruso, Dimitri Medvedev, realizara una histórica visita a Cuba en una intensificación de las relaciones bilaterales entre Moscú y La Habana.
