CIPOLLETTI (AC).- Será una noche para imaginar. Para creer, aunque más no sea durante un par de horas, que esta ciudad tiene mar. Y que en el mar hay una pantalla gigante para disfrutar del gusto íntimo de cada uno. Reposeras, sombrillas, pelotas de colores y una suave brisa marítima serán los condimentos esenciales para transformar un estacionamiento en una playa verdadera.

Si alguien no lo cree, no tiene más que darse una vuelta y comprobarlo. Hoy viernes será la segunda edición de "Gustock Íntimo" en la playa de estacionamiento de la Universidad de Flores.

Allí, en las paredes externas del edificio ubicado en Mengelle 8, miles de artistas encubiertos teñirán las paredes con aquellas 10 fotos que siempre quisieron mostrar, mientras los concurrentes y transeúntes desprevenidos se relajan y disfrutan de la playa.

Al menos esto es lo que proponen los organizadores de la segunda edición de la muestra que tiene como uno de los objetivos centrales mostrar al gran público el gusto personal de cada persona al tomar una fotografía. "Nos hacemos eco de lo que se llama la democratización de los medios de registro o de expresión. Hoy todos tenemos camaritas digitales que sacan fotos sin demasiados requerimientos y todos realizamos y mostramos esos registros con el mismo desenfado. Con la típica expresión de ´mirá que buena esta foto´", explicaron.

Organizada por Bo colectivodeArte y la dirección de Extensión y Bienestar de la UFLO, esta edición duplicó la cantidad de las fotos que se recibieron el año pasado. Las hubo de toda Argentina pero también de unos cubanos en Barcelona y de un joven que vive en Dubai.

El acceso al evento es libre y gratuito y la muestra se desarrollará entre las 21 y las 24. Las imágenes serán proyectadas en un formato de 5 por 4 metros aproximadamente de manera aleatoria e ininterrumpida. Las obras exhibidas dependerán enteramente del gusto subjetivo de cada participante, aunque no se aceptaron imágenes ofensivas o que atentaran contra personas o instituciones, así como de carácter ilegal, que viole el derecho de autor o licencias de propiedad intelectual. Lo que sí se permitió fue todo tipo de recursos y técnicas utilizadas para tomar, retocar o revelar las imágenes.

Los organizadores explicaron que no se modificaron archivos ni hubo proceso de selección y que el orden en que fueron cargados las fotografías, junto al nombre del autor, no dependió de ningún criterio preelaborado.