Miércoles 17 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Salud
Juanetes: cómo se tratan, cuáles se operan
Cada vez más personas deciden operarse los pies ante la aparición de lo que popularmente se conocen como "juanetes". El denominado bunio, que aparece entre el dedo gordo del pie y el hueso metatarsiano, no es exclusivo sólo de las personas mayores y puede causar muchísimo dolor y disconfort.

¿Qué hubiera pasado con la Cenicienta si el zapato que el príncipe le ofrecía no le entraba en el pie o le hacía doler? Afortunadamente para ella y para una de las historias infantiles más populares del mundo, la joven plebeya tenía un pie lindo -como toda protagonista de cuentos que se precie de serlo- y sin deformidades.

Pero y ¿qué ocurrió luego de que se pusiera los zapatos? Eran de taco alto, ideales para el baile tal vez, pero no para la vida cotidiana. Puede que el dolor que le causaban haya sido causal de divorcio y que su pie bello y delicado con el tiempo se transformara en una víctima de los juanetes, pero esa parte de la historia no se conoce y no es tan glamorosa.

En la vida real, muchas mujeres padecen de estas deformidades adquiridas que el común de la gente denomina juanetes y que médicamente se conoce como bunio o hallux valgus.

El bunio se ubica entre el dedo gordo del pie y el hueso metatarsiano, provocando la inclinación hacia adentro del dedo, es decir junto a los otros y una saliente del hueso hacia fuera.

El bunio tiene una predisposición familiar, así que es probable que si madres, tías o abuelas lo padecieron, las hijas también tengan esta deformidad, que se exacerba con el uso de calzado inapropiado, es decir de taco muy alto, angosto en su delantera y de un material poco flexible, que no cede. En las mujeres el bunio aparece en un 80 por ciento en forma bilateral, es decir en los dos pies, mientras que en los hombres siempre es de manera unilateral.

La deformidad suele aparecer después de los 30 años y más en las mujeres que los hombres, aunque ellos también pueden padecerla. No obstante, los chicos también pueden verse afectados. "Hay chicos de 10 y 12 años que presentan esta deformidad. En estos casos se corrigen con la colocación de férulas nocturnas y pasado esa edad, si el problema persiste se decide la intervención", señala el jefe del Equipo de Pierna, Tobillo y Pie, del hospital San Martín, Daniel Sergio Pereyra.

Según el especialista, si bien el problema del bunio no se ha incrementado en los últimos años, sí el número de consultas y de intervenciones. "La gente consulta mucho no sólo por el dolor sino también por una cuestión estética, algo que tal vez se prioriza más. En personas que no padecen dolor se debe evaluar la relación costo-beneficio de la intervención, porque el posoperatorio suele ser prolongado", señala Pereyra.

El hueso o los tejidos blandos del pie

La operación del bunio o juanete se realiza aproximadamente en una hora y tiene dos variantes: una, interviniendo solamente las partes blandas sin tocar el hueso, y la otra interviniendo la parte ósea. Dependerá de cada caso y del nivel de deformidad. En la primera, generalmente se utiliza anestesia local, bloqueando el tobillo, con lo cual el paciente se retira a su domicilio a las pocas horas. En la segunda, es probable que se use anestesia en la parte raquídea. En estos casos, la persona deberá quedar internada.

Opciones "mínimamente invasivas"

El posoperatorio dependerá de cada caso, pero se estima que en promedio a las 48 horas el paciente está en condiciones de apoyar el talón y que al cabo de 2 ó 3 semanas podrá volver a caminar apoyando el pie en su totalidad.

Otra de las posibilidades de intervención es la cirugía mínimamente invasiva, que se realiza en forma percutánea. "Este tipo de operación presenta ventajas y desventajas. La ventaja es que la herida no será mayor a 2 ó 3 centímetros contra 8 ó 10 que implica la cirugía convencional. El paciente tendrá un mejor posoperatorio y la anestesia será localizada. La desventaja es que no es para todo el mundo, tiene indicaciones precisas, es decir que es para gente de determinada edad -menores de 40 años- y con una deformidad leve", explica Pereyra. Por otra parte, este tipo de intervención no está nomenclada, por lo tanto las obras sociales no la cubren y es el paciente quien debe hacerse cargo de los costos.

Atención a las complicaciones

Hay enfermedades que pueden derivar en la aparición de los juanetes, como por ejemplo la artritis reumatoidea. "Ésta es una enfermedad deformante de las articulaciones que luego de un tiempo puede provocar la aparición del bunio. Lo mismo puede ocurrir con otras afecciones como la gota o lo que se denomina el pie neurológico, en donde el paciente presenta un juanete avanzado y muy difícil de operar", indica el especialista.

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