"El plan de obras públicas más ambicioso de la historia argentina". Así fue presentado el Megaplan K de $111.000 millones de pesos que actuará como una "una acción anticíclica" para evitar los embates de la crisis en nuestro país.

Sin embargo, detrás de tanta ambición se esconde un dato: el 80% de las obras anunciadas ayer por la presidenta Cristina Kirchner ya habían sido anunciadas antes. Lo reconoció ayer el propio jefe de Gabinete, Sergio Massa, pero destacó esta circunstancia como un hecho positivo: "Es un programa que tiene continuidad", enfatizó.

Muchos de los anuncios de obras ya se encuentran casi terminados como el plan de 591 escuelas, la ampliación de la central hidroeléctrica de Río Grande (Tierra del Fuego) y la línea patagónica de Alta tensión, según detalló ayer el diario Clarín. El plan federal de vivienda, las obras en Yacyreta y Atucha II, la Central de Río Turbio y los arreglos en estaciones ferroviarias ya se encuentran en ejecución. El ejemplo más claro de ello es el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento ya fue anunciado varias veces y la electrificación de las líneas Roca y San Martín se encuentran demoradas.

En diálogo con radio Continental, Massa marcó que un plan así no se arma "de un día para otro" y lo matizó diciendo que es "un programa que tiene continuidad". Al salir al cruce de las especulaciones sobre de dónde saldrán los recursos para financiar esas obras, el jefe de ministros aclaró que "no se trata de plata de la ANSeS". "Se trata de colocaciones en el mercado de capitales a una tasa de interés que sirve para armar un programa financiero de esas obras", detalló, entre otras fuentes de financiación mencionadas. Asimismo, Massa se preocupó en echar por tierra las sospechas de la oposición sobre que la obra pública podría ser utilizada por la Casa Rosada para presionar a intendentes o gobernadores. (R.Central y DyN)