Miércoles 17 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
Una cuestión de "Matadores"
Los de Victoria y los de Boedo se cruzan en Liniers. Es el primer duelo del triangular que definirá el título.

Se abre la definición más apasionante de los últimos tiempos por saber quién es en nuevo campeón del fútbol argentino. Los dos primeros en salir a la cancha serán, por un lado Tigre, con la intención de pegar por primera vez el grito más estruendoso de su historia; por el otro San Lorenzo, en busca de su décimo título nacional y el segundo en dos años. El choque arrancará a las 17:30 en la cancha de Vélez bajo el arbitraje de Saúl Laverni.

El "Matador" de Boedo y el de Victoria conforman junto a Boca, el triangular final del Apertura luego de haber finalizado la fase regular igualados en 39 unidades.

Los dos equipos llegan con sólo tres días de descanso pero con todos los titulares enteros, los mismos que consiguieron las victorias que los instalaron en este umbral. Expectante quedará el Xeneize, que abrirá su juego recién el sábado en el segundo encuentro, ante San Lorenzo en el estadio de Racing.

En la víspera de la inauguración de este mini torneo, Miguel Ángel Russo, el técnico de San Lorenzo, dispuso una concentración a puertas cerradas que inició el lunes por la noche, y siguió ayer. Diego Cagna, su par tigrense, cumplió una jornada de singular actividad, conjugando recreación entre jugadores profesionales, cuerpo técnico y niños, algunos de ellos hijos de los futbolistas, con el objetivo principal de disipar la tensión por la inminencia de una competición histórica para el club de Victoria.

Los dos saben que una caída en este primer partido los dejaría con las chances por el piso y hasta un empate lo único que alimentará será la angustia y garantizará que el triangular llegue hasta el final, pactado para el martes de la semana próxima con el duelo entre Boca y Tigre.

Se terminó el tiempo de las especulaciones y las palabras. Tigre, cuyo máximo logro lo alcanzó un año atrás, cuando terminó segundo de Lanús, busca seguir los pasos de la cenicienta "granate" del 2007. San Lorenzo, un año y medio después de haber ganado el Clausura de la mano de Ramón Díaz, que lo puso en un estrellato vernáculo que alimentó ilusiones que se desmoronaron con la eliminación de la Libertadores y agrietaron el vínculo interno que terminó con la caída del entrenador.

Volaron la entradas

Con modos antiguos o modernos, Tigre y San Lorenzo agotaron rápidamente las casi 11 mil entradas que cada uno tuvo a su disposición.

Los de Victoria, con colas que llegaron casi a las tres cuadras en forma constante en la esquina del estadio, terminó en cuatro horas con todos los boletos, donde se registraron algunos incidentes con la policía

Los socios de San Lorenzo tuvieron que sentarse frente a una computadora o un teléfono para conseguir los tickets, que también se evaporaron en un santiamén.

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