ROCA (AR).- El padre de Ariel Zille, el joven de 25 de Mayo que fue secuestrado en Catriel el jueves por la noche y liberado el sábado a la madrugada tras el pago de un importante rescate, entregó la suma exigida a los secuestradores en cercanías de una toma de la capital neuquina. Pero para esto debió recorrer varios lugares de distintas localidades e inclusive guiarse con motociclistas que le daban las instrucciones para continuar su camino.
Para los investigadores, alguien del entorno del muchacho de 31 años dio datos certeros a los secuestradores. Incluso trascendió que se interceptó una comunicación en la que una mujer de la zona petrolera y que conocería a Zille le dijo a su novio "se está llenando de policías de afuera, esto se está complicando".
Si bien no se sabe de cuánto fue el rescate pagado para la liberación, se trataría de una cifra importante. Algunos hablan de 250.000 dólares, mientras que otros creen que sería el doble. Por pedido de los captores la familia de la víctima no hizo la denuncia policial, aunque las fuerzas pampeana y rionegrina actuaron de oficio.
Zille fue secuestrado en un departamento de Catriel. Allí se encontraba con un amigo, quien apareció golpeado y desmayado en el lugar. "Golpearon a la puerta, abrí y un hombre alto y morocho me golpeó en el rostro", habría dicho el amigo de Zille.
El primer llamado extorsivo se realizó desde 25 de Mayo, aunque se cree que para ello el muchacho ya había sido sacado de la comarca petrolera. Según trascendió, tras la liberación habría dicho que lo mantuvieron encerrado en el baúl de un auto.
Los secuestradores le pidieron al padre de la víctima que concurriera solo para entregar el dinero. Primero le dijeron que fuera a Sargento Vidal y desde allí, al Parque Rosauer de Cipolletti. Siguiendo nuevas directivas llegó al aeropuerto de Neuquén para luego regresar a la zona más urbanizada de la capital neuquina.
Allí comenzó una posta de señales a través de motociclistas. "Le decía que siga por tal calle, que a 300 metros iba a encontrar una moto en una esquina y que debía doblar hacia donde apuntaba la moto", señaló una fuente.
Durante el trayecto la comunicación telefónica de los secuestradores con el padre de la víctima se mantenía.
Desde un primer momento, y cuando la noticia comenzó a aparecer en los medios electrónicos y en radio y televisión, los secuestradores fueron tajantes: "Si la noticia sigue apareciendo en los medios, a Ariel lo matamos".
"Los secuestradores demostraron que no eran improvisados. El que mantenía contacto con el padre se mostraba agresivo pero tranquilo. En todo momento lo insultaban y lo maltrataban, tal vez para presionar para que consiga rápidamente la suma exigida y, fundamentalmente, para que no avise a la policía", trascendió.
Finalmente el pago se concretó en una rotonda cercana a una toma de la zona norte de la capital neuquina.
A diferencia de lo que suele suceder, no le exigieron que arrojara el dinero y siguiera su camino. Al llegar a la rotonda le ordenaron que se detuviera. Detrás de la camioneta Jeep Grand Cherokee de Zille estacionó un Volkswagen Gol línea vieja, que no tenía las patentes colocadas.
Apenas tomaron el dinero le habría dicho al empresario pampeano "Vos cumpliste, nosotros también" y le indicaron dónde iba a aparecer su hijo. A toda velocidad se perdieron por las calles oscuras de ese sector neuquino.
Horas más tarde se conocía la liberación de Ariel Zille, quien fue llevado a una comisaría donde fue examinado por un médico policial y luego se reunió con sus familiares tras el traumático momento vivido.