Ante el paro cardíaco sufrido por la economía mundial -según la gráfica expresión del influyente empresario local Paolo Rocca- y los continuos anuncios del gobierno en busca de mantener la vertical en el 2009, un estado de necesidad política golpeó a las puertas de la oposición.

Curioso: en ese plano de resistencia, con la mirada puesta en el 2011 previa escala en las legislativas del año próximo, se encuentra -entre otros- el vicepresidente Julio Cobos. A partir de su mediático voto no positivo sobre las retenciones móviles, el mendocino ganó la ponderación de una buena parte de la sociedad. Así como se convirtió en un paria en el kirchnerismo se transformó en una estrella ascendente para el radicalismo, que lo había expulsado de sus filas precisamente por haberse aliado a Cristina Fernández tras la sugerencia de su esposo Néstor.

Quiere escapar de la trampa en la que se metió solito, sin dañar las instituciones. Por eso afirma que no tiene derecho a renunciar y como buen ingeniero deja hacer a sus acólitos "conforme a obra". Sabe que requiere contar con la estructura de la Unión Cívica Radical y que el partido no puede darse el lujo de prescindir de su buena imagen y popularidad, siendo como es un conglomerado provincial sin una conducción central uniforme.

Estima que todavía hoy el titular de la UCR, Gerardo Morales, tiene margen para relegarlo a un segundo plano y privilegiar los contactos con Elisa Carrió, de la Coalición Cívica. Pero considera que cuando decanten los acontecimientos y se esté en campaña electoral, en marzo o abril, ya no podrá cerrarle el paso.

De hecho, en una estrategia de acumulación parlamentaria, legisladores e intendentes cobistas de la provincia de Buenos Aires están proyectando juntarse con Margarita Stolbizer, la principal espada de "Lilita" en ese distrito que aporta casi el 40% del electorado nacional.

El radicalismo tiene cuatro gobernadores. Dos, los de Río Negro y Santiago del Estero, se mantienen detrás de los K, pero sus bases parecen arenas movedizas. Los otros, de Corrientes y Catamarca, apuestan al florecimiento de la UCR, aunque aceptan los rigores del kirchnerismo porque dependen de la "caja", engrosada ahora con los fondos de las ex AFJP.

Las realidades provinciales son condicionantes. Por eso no debe extrañar que algunos radicales miren con simpatía la creación de una nueva fuerza política y que otros insistan sobre el maridaje con los K pese al fracaso de la transversalidad, primero, y de la Concertación Plural, después.

Hay alfonsinistas odiados -Leopoldo Moreau es uno de ellos- y, frente a tal circunstancia, Cobos hace malabares para que no se sigan sacando tarjetas rojas. Su objetivo es activar todo el potencial de la UCR.

¿Quiere ser presidente? Sí, pero no se apresura a decirlo. Intentará salir airoso de las pruebas en Buenos Aires -allí Stolbizer es la intermediaria con su detractora Carrió-, capital federal (donde pesa el "lilito" Alfonso Prat Gay) y, fundamentalmente, Mendoza. Perder en su tierra lo descalificaría de plano.

"Hay que encontrar el punto de concurrencia para que todos vuelvan a la casa matriz sin que nadie le reproche nada a nadie", recita el neuquino Horacio Quiroga, uno de los asesores del mendocino. "Pechi" renunció a la Cancillería desencantado y está decidido, como candidato a diputado, a "ponerle límites no ya a la presidenta sino al matrimonio Kirchner".

Aun siendo influyente, Quiroga no es el único que le susurra consejos a Cobos, también proclive a explorar el diálogo con el disidente K Felipe Solá.

Recluido por su maltrecha salud, Raúl Alfonsín apuesta a la construcción y al renacimiento del radicalismo. Ante "Río Negro", en la campaña del 2007, descalificó a Carrió: "Habla con Dios... allá ella". Enrique Nosiglia y Federico Storani, entre otros, son dos de los que en ese sentido trabajan para que predomine en los futuros alineamientos "la visión empírica" de la política sobre "las profecías".

Internas abiertas y revalidación de las bancas prometen ser una constante el año próximo.

Felipe Solá amaga con dejar su sitial de diputado para encabezar una lista de justicialistas bonaerenses disidentes. Esto provoca la desconfianza de los radicales: "Un peronista sin poder te trata como par y con poder, te pasa por encima", advierten y preparan, preventivamente, un acuerdo muy preciso "de la A a la Z"

Hoy por hoy, Cristina y Cobos transitan vidas paralelas. Se miran, se recelan y no se tocan. El problema surgirá si es que se cruzan y se transforman en vidas perpendiculares. ¿Se irá entonces el vicepresidente?

¿Y si se produjera una situación de desgobierno con la ida de Cristina, como se especula en algunos centros de estudios liberales? En ese caso, señaló un vocero del vice a este diario, no le correspondería a Cobos completar el mandato. "Es una hipótesis de terreno minado y corresponde llamar a elecciones anticipadamente", dijo.

El 2009 será un año complicado por la profundidad y complejidad de la crisis internacional. El oficialismo, mal o bien, puso en marcha un plan para enfrentar la contingencia. Cobos y otros dirigentes no kirchneristas, como el socialista Hermes Binner, están obligados a apurarse y trazar sus hojas de ruta.

ARNALDO PAGANETTI
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