NUEVA YORK.- La pirámide financiera montada por el legendario corredor de Wall Street, Bernard Madoff, detenido por el FBI y la Policía en su departamento de Manhattan, podría suponer un fraude de 50.000 millones de dólares y desembocar en una de las mayores estafas en la historia de Estados Unidos.
La foto del financiero, un pez gordo de los negocios bursátiles durante décadas, que llegó a presidir el mercado del Nasdaq, se repitió ayer en las portadas de todos los medios de EE. UU., después de que el jueves se conociera su detención, acusado de un único delito: fraude con valores.
Esto provocó un gigantesco agujero en la ya deteriorada reputación del sector financiero estadounidense. Según la fiscalía, Madoff, de 70 años, confesó a empleados de su firma de corretajes, que dirigía un llamado esquema Ponzi, o fraude piramidal, que colapsó con pérdidas que exceden los 50.000 millones de dólares. Este tipo de esquema funciona pagando a los inversores altos intereses con los nuevos capitales que ingresan. Como sucedió con la caída del Lehman Brothers, AIG y otras instituciones aparementemente invulnerables, los problemas de Madoff son considerados sintomáticos del descontrol generalizado, el sobredimensionamiento, y la codicia que anida en Wall Street.
Al Goldman, jefe de estrategia de mercado en Wachovia Securities, describió la caída de Madoff como una "gran bomba". "Al menos la mitad de sus clientes eran fondos de riesgo, bancos y ricos inversores. Probablemente había mucho apalancamiento involucrado. Esto dañará seriamente la confianza de los inversores", advirtió. (AP y AFP)