Viernes 12 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 48 > Contratapa
Manoel Oliveira cumple 100 años
El director de cine portugués los festejará en pleno rodaje de su filme.

MADRID/LISBOA (DPA).- "No tengo ningún secreto, son caprichos de la naturaleza", responde Manoel de Oliveira cuando se le pregunta por su edad. "Ella nos da a algunos lo que le quita a otros", añade el longevo cineasta portugués. Y mientras eso sea así, el director más veterano del mundo aprovecha cada minuto para dedicarse a su gran pasión. Y así, estará detrás de la cámara también hoy, el día de su 100 cumpleaños, mientras filma "Excentricidades de una chica rubia".

Oliveira es una auténtica leyenda viva y, pese a llevar ya casi ocho décadas en la profesión, sigue haciendo películas con un poder creativo que para algunos resulta incluso desconcertante. Si se le pregunta cuál es su motivación, el decano del cine no vacila: "Mi juventud, que me hace decirme constantemente: ´Tienes poco tiempo. Camina, camina´".

Su energía, añade, se la debe al trabajo. "Lo que realmente me agota es estar parado", dice este cineasta, convencido de que "la muerte mata a la eternidad, pero también la concibe". Por ello, reconoce que "si dejara de rodar, dejaría de vivir". "Me gustaría morir rodando", confesó hace ya algunos años.

Las primeras películas de Oliveira datan de los tiempos del cine mudo, pero pese a que la crítica coincide en elogiar la brillantez de su obra, colocándolo a la altura de insignes directores como Jean-Luc Godard, Luis Buñuel o Federico Fellini, para el gran público el realizador luso es casi un desconocido.

Al patriarca del cine europeo eso no le preocupa. "Simplemente intento fijarme en la complejidad de las cosas, aun cuando ello no me reporte beneficios", señala, para subrayar que el éxito y la celebridad no le interesan. Como tampoco le interesa el cine comercial. "Yo hago cine de resistencia", afirma.

Considerado un "poeta visual", Oliveira demuestra su carácter incombustible rodando un filme por año. El más reciente, un cortometraje titulado "Do visível ao invisível" (De lo visible a lo invisible) lo presentó en el pasado Festival de Venecia. Cuatro meses antes, en Cannes, recibía una Palma de Oro en honor a su larga trayectoria.

Entre los filmes más conocidos de su producción reciente figura "Viaje al comienzo del mundo", galardonado en 1997 con el Premio Fipresci de la crítica. Es la última película que Marcello Mastroianni llegó a protagonizar antes de su muerte y en ella encarna a un envejecido cineasta: el "alter ego" de Oliveira. "Yo coincido con Marcello en que hay que trabajar para olvidar que la muerte acecha", dijo el director luso durante el rodaje, sin imaginar el significado que sus palabras adquirirían una vez finalizada la cinta.

Oliveira, quien aparece en algunas de sus películas en pequeños papeles, también ha trabajado con estrellas como Catherine Deneuve, John Malkovich o Irene Papas. Nació el 12 de diciembre de 1908, en Oporto, en el seno de una familia de la burguesía industrial. Él es completamente autodidacta. Es que cuando en los años 20 comenzó a interesarse por el cine, en su ciudad no había más que un estudio de cine mudo abandonado. En 1931 rodó su ópera prima, "Duero, faena fluvial" .

La represión de la dictadura de Salazar lo obligó a dejar la cámara durante muchos años, en los que, entre otras cosas, se dedicó a las carreras de automóviles. Su carrera cinematográfica en sí no comenzó hasta 1963, cuando llevó a la pantalla grande "O acto da primavera".

Si el amor no correspondido, la tentación, la ambición por el poder y el reto a la muerte son los temas principales de sus películas, su estilo se caracteriza por la ironía, un humor a veces negro y el sentido por lo trágico.

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