Viernes 12 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Lo condenaron por abusar de una joven en SAO
El imputado recibió una pena de seis años y medio de cárcel. La víctima se había desmayado en la calle tras pelear con una amiga. Cuando despertó, estaba en una cama y con el acusado a su lado.

VIEDMA (AV).- Un hombre fue condenado a seis años y seis meses de prisión por el delito de "abuso sexual con acceso carnal".

Se trata de Guillermo Federico Martínez, de 40 años, oriundo de San Antonio Oeste.

Según lo acreditado por los jueces, el hecho ocurrió en la madrugada del 8 de octubre del 2006 en una vivienda donde se encontraban la víctima menor de edad y el imputado, quien a través de la violencia la obligó a mantener relaciones sexuales con él.

La víctima conocía al imputado por trabajar con su padre en actividades de la pesca. En el juicio la joven recordó que aquella noche fue al boliche con una amiga, donde se lo cruzó a Martínez, y que al regresar caminando a su casa peleó con su amiga, quien la empujó y al caer cree que se desmayó.

Dijo que cuando se despertó estaba en la casa de su amiga con el "gordo" Martínez acostado al lado de ella, que la estaba penetrando y que le advirtió que se quedara callada si no se desquitaría con su hermana menor que ella.

La joven recordó que lo empujó y que él le largó dos manotazos que le rozaron la cara y el brazo pero que no la lastimó. Agregó que Martínez tenía una navaja chiquita y que cuando despertó tenía el pantalón enganchado en una pierna, pero que ella no se lo había bajado.

También recordó que esa noche había consumido bebidas alcohólicas.

Para el Tribunal, integrado por Pablo Estrabou, Francisco Cerdera y Jorge Bustamante, el desmayo sufrido por la joven en la vía pública la sumió en un estado que la privó de sus sentidos, de tal magnitud que obligó a trasladarla alzada porque estaba inconsciente".

Consideraron que "no existen elementos que autoricen a suponer que el desmayo pudo ser fingido o que no era tan importante, teniendo en cuenta que tuvieron que levantarla entre tres, ayudando el imputado Martínez que pasaba por allí. Esto demostró la incapacidad de la menor para articular su movimiento, situación que la mantuvo en un estado que le impedía discernir sobre sus actos, por lo que de modo alguno podría haber accedido voluntaria y libremente dando su consentimiento al imputado para mantener relaciones ante su requerimiento, tal como Martínez lo ha pretendido en su declaración".

Los jueces consideraron que el imputado tuvo plena conciencia del hecho, aprovechándose en un primer momento del estado de inconsciencia de la víctima y luego mediante el empleo de violencia y amenazas.

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