VIEDMA (AV).- El gobernador, Miguel Saiz, dejó a la vista ayer cuánto le molestaron las recientes críticas a su gestión.

En el acto de normalización del comité provincial de la Unión Cívica Radical, vociferó que "este Poder Ejecutivo de Río Negro no se deja meter el dedo en el culo nunca más". Y ante la sorprendida militancia, también denunció intentos de desestabilización (ver aparte).

Saiz reprochó la "visión apocalíptica" y manifestó su "estupor" por las reflexiones del ex legislador Jorge López Alfonsín (el miércoles) sobre su descreimiento en la democracia. Las críticas "se deben hacer desde un cristal transparente y no con un solo ojo", replicó.

Sin dar nombres ni apellidos, puso el dedo en la llaga refiriéndose a quienes le llevaron al ex gobernador Alvarez Guerrero el decreto de otorgamiento de jubilaciones de privilegio a cambio de votar la cesión de las tierras de Viedma para construir la frustrada capital federal en Viedma.

También cuestionó que a los "superfuncionarios" que parecen tener la facultad delegada de Dios para "señalar quién es el malo y quién el bueno". Y apuntó a Ana Piccinini al decir: " A partir quizás de un tiempo no demasiado lejano, cuando haya renovación en esta provincia, es mejor ser elegido defensor del Pueblo que gobernador".

"Río Negro" pudo saber que Saiz acumuló enojos durante las últimas horas y ayer empezó a descargar su bronca desde temprano. Los primeros receptores fueron los jueces del STJ y la procuradora, Liliana Piccinini, a quienes cuestionó el allanamiento al Ministerio de la Familia por los pasajes oficiales (ver más información en página 10).

Más tarde, en el acto de la UCR, dijo ser respetuoso de las opiniones y poderes del Estado, pero "este Poder Ejecutivo no se deja meter el culo nunca más, venga de quien venga". Añadió que "cuando estuvimos convencidos de que alguien se equivocó decidimos la separación del cargo inmediatamente".

Además de la bronca por las críticas de López Alfonsín en la Legislatura, el discurso de Saiz fue también la respuesta a un comentario de la defensora del Pueblo, Ana Piccinini, que en una cena con sus pares del ´83 hizo referencia a sus denuncias y habría insinuado que si no hay golpe de timón "el gobierno no llega al 2011". Según admitieron ayer ella y otros comensales, en ese marco la defensora dijo: "Lo tengo con el termómetro en el culo", lo que fue respondido en el mismo tenor por el gobernador.

El presidente saliente de la UCR provincial, Pablo Verani, también contestó, sin ahorrar críticas y recomendando que los trapos sucios se lavan primero en casa. "Si hay que decir los defectos los diremos acá dentro, y no afuera y de espaldas. Este es el primer artículo que me enseñó la UCR", sentenció.