BUENOS AIRES (DyN) - La presidenta Cristina Fernández abogó ayer por "acentuar y profundizar" las relaciones entre la Argentina y la Federación Rusa y se pronunció por un cambio en las relaciones internacionales donde "se sustituya la noción de subordinación por la de cooperación".
En su último día de visita oficial a ese país, la jefa del Estado y su par ruso, Dmitri Medvedev, firmaron un acuerdo de asociación estratégica y avanzaron en acuerdos de carácter energético (que incluye la construcción de un gasoducto), comerciales, industriales, tecnológicos y de transporte, entre ellos el Tren Trasandino.
En el plano energético, la petrolera privada rusa Lukoil invertirá en la Argentina en la instalación de tanques de almacenaje de combustibles, y suministrará fuel oil y gas oil para la generación de energía en forma asociada con la estatal Enarsa y la compañía privada local Pobater.
Así lo estableció uno de los puntos del Memorandum de Entendimiento que el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, firmó en Moscú con el vicepresidente de la petrolera Vladimir Nekrasov.
El convenio implica inversiones en la ampliación de la capacidad instalada de almacenaje de combustibles que tiene una planta a cargo de Pobater ubicada en cercanías de Campana.
En su discurso ante el gobierno ruso, la presidenta sostuvo que la cooperación en ese tipo de proyectos "puede ser verdaderamente revolucionario".
En el almuerzo que posteriormente le ofreció Medvedev, la presidenta consideró que la Argentina, América Latina y la Federación Rusa serán "protagonistas del siglo XXI", ponderó la puesta en marcha de una "asociación verdaderamente estratégica" entre ambos países y volvió a expresarse a favor de un nuevo mundo multipolar.
En el cierre de su visita oficial a Moscú, la jefa de Estado consideró que ni Argentina ni Rusia tienen responsabilidad en la actual crisis económica, que fueron, dijo, el "resultado de desaguisados y de malas políticas" donde "unos pocos resolvían por el resto". En la misma línea, Medvedev remarcó que debe plantearse una nueva arquitectura financiera internacional, con mayores resguardos para evitar crisis como la actual, y defendió "un mundo multipolar, donde no haya el dominio de un solo país".
Respecto de la relación con Argentina, el jefe de Estado señaló su interés en invertir en proyectos como la construcción de un gasoducto desde Bolivia y el Tren Trasandino y destacó la importancia de "equilibrar los intereses" de los productores agropecuarios y los consumidores rusos.