BUENOS AIRES.- Los insistentes reclamos de los industriales para que el gobierno aplique una devaluación del peso comenzaron ayer a generar fisuras con otros empresarios que buscan tomar distancia.
El contrapunto se dio ayer por la mañana entre el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, y el secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Sacco.
De la Vega aseguró que el sector industrial presenta su situación "como si fuera el problema de la Nación", e indicó que la actividad mercantil es "optimista" para los próximos tres meses y no prevé despidos.
"Creo que algunos sectores que tienen problemas, están concentrándose en si mismos como si fuera el problema de la Nación y, efectivamente, no es así", manifestó en alusión a las quejas expresadas en las últimas semanas por el sector fabril.
Para De la Vega este es el caso del "automotriz, por ejemplo, aunque a nadie escapa que tiene una crisis profunda que es nacional e internacional, porque a dejado de exportar".
"Eso no puede trasladarse a todos los sectores de la economía", se quejó el presidente de la Cámara de Comercio.
Aseguró que "aunque las ventas de Navidad no serán las registradas en diciembre de 2007, no dejarán de ser satisfactorias", manifestó el titular de la CAC, al ser consultado sobre el impacto de la crisis mundial en la economía local.
Por su lado, Sacco afirmó que con un tipo de cambio de 3,47 pesos por dólar, el sector fabril aún "no tiene un grado de competitividad" como el que presentaba previa a la devaluación del real brasileño.
"Por qué crecimos durante cinco años, porque mientras revaluaba su moneda Brasil, el real, estábamos cien por ciento arriba", de la moneda del vecino país, dijo Sacco. El industrial señaló que "un día vino el tsunami internacional, y automáticamente México, Brasil, Chile y Uruguay ese día devaluaron un cuarenta por ciento sus monedas, y nosotros nos quedamos".
"Nosotros con 3,47 pesos por dólar, no tenemos un grado de competitividad como cuándo estábamos al ciento por ciento" por encima de otras monedas de la región, y especialmente respecto del real brasileño.
Tras los anuncios oficiales de las medidas para estimular a la alicaída industria automotriz, y del plan anticrisis de moratorias y obras públicas que espera ser tratado en el Parlamento, la UIA sigue preocupada por la recuperación de un tipo de cambio "competitivo", en especial, ante el real brasileño.
Pero en una primera instancia, el aumento de la divisa tuvo el rechazo del titular del Banco Central, Martín Redrado.
Si embargo, en las últimas semanas el BCRA fue cediendo en su intervención y, de este modo, permitiendo que la moneda norteamericana trepara y que el peso se devaluara silenciosamente.
La creciente demanda local hizo que la reacción a la actitud de la autoridad monetaria fuera inmediata, pero, claro, a un ritmo impuesto por la regulación de su sistema de "flotación administrativa".
La semana pasada, el dólar subió nueve centavos, de entre uno y tres por rueda. Algo que, todavía, no conforma a los industriales. (DyN)