Media docena de operadores y algunas mujeres -incluidas con becas y aportes de los ex PER- conforman el equipo de Lorenzati. Su tarea es la "prevención de delitos" y, además, controlan marchas, ocupaciones y otras tareas.
Una versión extraoficial dice que tienen dos equipos de escuchas que pueden captar diálogos telefónicos a 100 ó 150 metros. El ministro Rodríguez lo niega y afirma que las únicas escuchas son las ordenadas por la Justicia.
En la Justicia y existe preocupación porque hombres de esa dirección trabajan en forma paralela a las fuerzas policiales.
Hay un hecho sorprendente. En la investigación por la desaparición de Otoño Uriarte, la jueza García García solicitó la intervención de ciertos teléfonos y, llamativamente, los mismos ya estaban con escuchas por una dependencia de inteligencia de Córdoba. La intervención remite a un número de la capital cordobesa, puntualmente Comunicaciones. Lorenzati mantiene estrecha relación con pares de ese organismo.
Este año, Lorenzati fue víctima de un robo en su residencia de calle Saavedra. Entre otras pertenencias, le sustrajeron una pistola 9 mm, recuperada en un allanamiento policial.
Fiel a su velada presencia, la obtención de fotos suyas fue una proeza. Pero, el gobierno detectó que debía blanquear su cargo y su accionar y existen registros en actos oficiales. Incluso el juez Rafecas tiene una fotografía suya en la nieve.