Hasta el domingo pasado, Boca dependía de sí mismo para ser campeón. Los dos puntos de ventaja sobre sus escoltas, San Lorenzo y Tigre, le permitían manejar los tiempos de la definición, pero ya no. El empate en cero en La Plata ante Gimnasia y los triunfos de San Lorenzo y Tigre, los igualó a los tres en 36 puntos, envalentonó a los escoltas y le dio una inyección de vida a Lanús que, dos puntos abajo también tiene chances de ser campeón.
El zaguero azulgrana, Gastón Aguirre, aseguró ayer que su equipo tiene "más fuerza que nunca" tras alcanzar a Boca en la punta del torneo aunque se mostró cauteloso por la "difícil tarea" que supone enfrentar en la última fecha a Argentinos.
"Si ganaba Boca ayer (domingo) las chances iban a ser mínimas porque el domingo juega de local y cuando nos enteramos del empate en el vestuario nos relajamos un poquito y estaba claro que de local no podíamos resignar ningún punto", sostuvo en la previa ante Independiente.
Aguirre consideró que San Lorenzo merecía llegar a la final con posibilidades porque fue puntero "desde la quinta fecha" y porque solo fue "un bajón de dos o tres fechas" lo que lo sacó de la punta. "Ahora tenemos más fuerza que nunca", enfatizó el futbolista por radio La Red.
Por su parte, el entrenador de Tigre, Diego Cagna, afirmó que su equipo tiene "más hambre" que San Lorenzo y Boca, con los que definirá el campeonato Apertura, que podría derivar en el primer título del club en la división de honor. "Tigre ahora depende de sí mismo y eso es lo mejor que nos puede pasar, porque tenemos más hambre que San Lorenzo y Boca", resaltó Cagna. "Esta semana le pediremos la vuelta olímpica a Papá Noel", bromeó.
El próximo fin de semana, Tigre recibirá a Banfield en Victoria , en un partido que podría ser consagratorio. Cagna sostuvo que ser campeón no variaría los planes que tiene en el club. "Ser campeón no modificaría mi condición de técnico de Tigre. Ya hemos planificado la pretemporada y tengo contrato hasta diciembre de 2009, sugirió.