ATENAS.- Desde las norteñas ciudades de Veria y Kavala a las centrales de Trikala y Larissa, los manifestantes destruyeron comercios y edificios públicos. En Creta y Corfu se registraron disturbios masivos, en el marco de los cuales estudiantes de secundarios arrojaron sillas y piedras contra la policía. En el exterior, manifestantes intentaron tomar el control de las embajadas griegas en Londres, Berlín y Chipre.
El malestar creció en Grecia con las medidas de austeridad del gobierno conservador, siendo frecuentes en el último tiempo las manifestaciones sindicales contra las privatizaciones, las reformas en las jubilaciones y el aumento en el costo de vida. Un quinto de los ciudadanos griegos vive por debajo de la línea de la pobreza.
El primer ministro Kostas Karamanlis garantizó castigo a los culpables. Pero la onda expansiva de los incidentes podría asestarle un golpe duro: tras protagonizar una serie de escándalos financieros, las imágenes casi bélicas de ayer representan una nueva amenaza para el gobierno. Las encuestas muestran que 15 meses después de la victoria en las elecciones de septiembre de 2007, el gobierno conservador se ubica casi seis puntos por debajo de la oposición socialista.