VIENA / WASHINGTON (DPA).- El perro es más parecido a su dueño de lo que se creía. Según un grupo de investigadores de Viena, también el mejor amigo del hombre puede sentir envidia.
Los experimentos realizados demuestran que los canes pueden experimentar una forma simple de envidia, informaron los expertos de la Universidad de Viena en la edición on line de "Proceedings" de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos.
Al contrario del mono o el ser humano, los perros no pueden distinguir las sutilezas de un trato injusto. En su estudio, los investigadores trataron de que los perros dieran la patita la mayor cantidad de veces posible. Descubrieron así que dejaban de hacerlo si al lado de ellos había otro perro que recibía una recompensa y ellos no. Los canes envidiosos se veían claramente más estresados, dudaban más y prestaban más atención al otro perro y su recompensa que cuando estaban solos y se les pedía hacer lo mismo. En cambio, no les afectaba en lo más mínimo si el otro animal recibía algún tipo de alimento mejor, siempre y cuando ellos recibieran algo.