BUENOS AIRES (Télam).- Un grupo de delincuentes asaltó el edificio de la Unión Industrial Argentina en el centro porteño y, tras maniatar a uno de los vigiladores, robaron en tres oficinas y saquearon el dinero de una de las cajas de seguridad, informaron ayer fuentes policiales.
Los investigadores procuran determinar si los ladrones irrumpieron en la sede industrial por la puerta principal o si lo hicieron mediante escalamiento con sogas.
Fuentes policiales informaron que el hecho ocurrió en un edificio ubicado en Avenida de Mayo 1.157, a metros de avenida 9 de Julio, que pertenece a la UIA desde el 2001, en pleno centro de la Capital Federal. Es una cuadra con mucha actividad comercial ya que de un lado del edificio hay un hotel de pasajeros, del otro una sede bancaria y detrás un restaurante.
El robo se concretó a la madrugada del domingo cuando al menos tres delincuentes sorprendieron a un empleado de seguridad de la empresa SIDECO, que trabaja en el edificio de la UIA, y lo amenazaron con armas. Tras reducirlo, los asaltantes maniataron y amordazaron al vigilador, que sólo alcanzó a ver a dos de ellos, aunque advirtió que eran varios delincuentes más.
Un jefe policial dijo que el custodio relató que los asaltantes lo dejaron encerrado en una de las oficinas y que también le taparon los ojos.
Algunas fuentes policiales afirmaron que los delincuentes ingresaron al edificio utilizando una soga con la que se descolgaron desde otros edificios linderos, que fue encontrada por los investigadores en una de las terrazas de la sede de la UIA. En ese sentido, los pesquisas sospechan que los ladrones pudieron haber empezado su recorrido desde el hotel lindero y escapado por las terrazas del banco o del restorán.
De acuerdo con los investigadores, los ladrones se dirigieron al primer y segundo pisos del edificio donde funciona la tesorería e ingresaron a tres oficinas. Allí, según la policía, los asaltantes encontraron dos cajas de seguridad, una de las cuales estaba abierta porque sólo se guarda documentación, mientras que la otra estaba empotrada y cerrada. Para abrirla, los ladrones utilizaron barretas y amoladoras. El dinero robado ascendió a algo más de 8.000 pesos.