Lunes 08 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 22 > Sociedad
Entre el mp3 y las llamas

NEUQUÉN (AN).- Los tiempos cambian y sobre eso no caben dudas. Antes los muchachos ponían lima al combustible de las Zanellas 50 cc para tirar humo por el caño de escape y ganar las miradas de las chicas. Ahora, los jóvenes instalan potentes equipos de sonidos en sus motos de 110 cc o superiores y algunos hasta suelen hacerle peligrosas conexiones para arrojar fuego por el escape.

Copar la moto con un mp3, como dicen los pibes, implica una inversión de 550 pesos. El kit completo que se ofrece, hasta en internet, está compuesto de: parlantes delanteros Blaupunkt 6.5 de 90 watts, un juego de tweeters de 350 watts, potencia 50x4 preamplificada para mp3, mp4, celular y discman. Se suman los separadores para parlantes (para no calar las cachas de la moto), llave de corte, fusilera y un fusible de 8 amperes, cables, pasacables y tornillos.

La mano de obra para salir escuchando música en la moto rondaría los 300 pesos o un poco más.

Al fenómeno de los retoques se le suma la llamarada por el caño de escape, que a principios de año se daba a conocer por este medio. Ahora, con las frescas noches de un verano que se ha adelantado se puede observar en los puntos neurálgicos de reunión a los jóvenes demostrar que sus rodados tranquilamente pueden emular los fogonazos que largan las motos de las películas de velocidad.

Para lograrlo los muchachos pinchan el cable de bujía que va a la bobina de arranque y desde ahí mandan otro cable a una bujía adicional que ponen en el caño de escape. Al acelerar o desacelerar la bujía hace un chispazo dentro del caño de escape y el gas se convierte en fuego, que es la llamarada que puede verse.

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