Londres (dpa).- En un jardín encantado, rodeado de altos muros, está la fuente de la verdadera felicidad. Sólo una vez al año, durante el solsticio de verano, una única persona puede llegar hasta allí y bañarse, literalmente, en felicidad.
Suena a cuento clásico. Pero tiene un truco. Y es que la fuente supuestamente mágica del relato del nuevo libro de Joanne K. Rowling, la creadora de Harry Potter, en realidad no tiene poderes mágicos.
Las tres brujas y el caballero que protagonizan la historia, sin embargo, logran ser felices de todas maneras cuando descubren la fuente. Como en los cinco relatos del nuevo libro de Rowling, "Los cuentos de Beedle el Bardo", hay una moraleja contundente: la suerte depende de cada uno y si uno se esfuerza, la encuentra.
Poco después de que en 2007 saliera a la venta el séptimo y último libro sobre el aprendiz de mago, "Harry Potter y las reliquias de la muerte", se supo que la escritora británica iba a publicar los cuentos escritos en un principio a mano sólo para unos amigos e ilustrados por ella misma.
Todo lo recaudado por la venta del libro, traducido a 28 lenguas y lanzado el jueves pasado al mismo tiempo en Reino Unido, España y otros países, será destinado a la organización caritativa de Rowling, "Children´s High Level Group".
Sobre todo los más pequeños fans de Potter podrán sumergirse puntualmente en esta Navidad en el delgado tomo, porque Rowling revela numerosos detalles hasta ahora desconocidos del mundo mágico, creados de su imaginación y su gracia.
"Los cuentos de Beedle el Bardo son una colección de historias que fueron escritas para jóvenes brujas y magos. Son leídos desde hace siglos a la hora de dormir", escribe Rowling en la introducción, formulada ya en el código del mundo en el que vive Harry Potter.
Las historias de Beedle el Bardo tienen un papel crucial como "libro dentro del libro" en la última entrega de la saga. Entre los magos pequeños son tan conocidas como entre los no magos Blancanieves y Cenicienta.
Rowlings admite que los cuentos se parecen en muchos aspectos a los cuentos clásicos: "En general, la virtud es premiada y la maldad castigada". Las cinco historias contienen toda una serie de elementos clásicos de los cuentos. Tres de ellas empiezan con la clásica frase "Había una vez... " o "Érase una vez...". Sus moralejas son claras para los más pequeños. Sin embargo, no molestan a los adultos.
Y es que Rowling utiliza un truco: El gran maestro de magos y director de la Escuela de Magia Hogwartys, Albus Dumbledore, escribe un comentario gracioso para cada relato. De vez en cuanto, se percibe en él al maestro. Así, Dumbledore explica qué significa la historia más sangrienta e impactante del libro, "El corazón peludo del hechicero". Un mago se arranca el corazón para no sentir nunca amor y así jamás ser infeliz. Cuando años después recupera el órgano, tiene largos cabellos oscuros. Dumbledore explica como un científico: Los pelos simbolizan el descenso hacia lo animal. Y sigue: "Ninguna persona en el mundo, hombre o mujer, con poderes mágicos o sin ellos, se libró alguna vez de algún tipo de herida, física, espiritual o emocional. Herir es tan humano como respirar".
A pesar de que en el libro abundan los elementos de cuentos clásicos, hay uno que no aparece: la típica princesa. Como en sus anteriores trabajos, Rowling prefiere a los niños y jóvenes seguros de sí mismo y decididos, que a los educados. Las heroínas de Beedle, por eso, no confían en el príncipe valiente, sino que buscan la felicidad por sí mismas. "Son hechiceras que prefieren tomar el destino en sus manos que echarse una siesta y esperar a que alguna vez alguien les devuelva el zapato perdido", señaló.