EL HOYO (AEB)- Pobladores y organizaciones sociales de la región marcharán mañana, a las 11, para manifestarse frente al municipio local y luego hacer otro abrazo solidario a la casa de la familia Larenas, en El Pedregoso, sobre la ruta nacional 40 sur, amenazada por la justicia chubutense para ser desalojada.
"No vamos a dejar que los saquen, eso le tiene que quedar bien claro tanto a los funcionarios judiciales como a los gobiernos municipal y provincial. Ellos serán los responsables de los graves hechos de violencia que pueden generar desconociendo los derechos de los pobladores", advirtieron ayer desde la coordinación.
El conflicto está planteado porque la justicia atendió la demanda de un abogado de Trelew, quien asesoraba a la comuna en la década del ´90 y al que se le pagaron sus servicios con derechos de una explotación forestal, ignorando que las tierras eran ocupadas por los Larenas desde varias décadas atrás. Luego de varias apelaciones, ahora el caso está en manos del Superior Tribunal de Justicia.
El enojo de los vecinos también incluye al intendente local, Mario Breide, y a su secretario de Gobierno, Raúl Girardelli, quienes declararon en la marcha anterior que "el desalojo puede ser injusto, pero es legal" y que su administración "no puede invadir otras jurisdicciones".
A su turno, Julio Saquero, representante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, opinó que "los pobres no tienen acceso a la justicia" e instó a los representantes públicos "a no ser hipócritas".
A su vez, otro referente de la Central de Trabajadores de Argentina reclamó que la municipalidad de El Hoyo anule el título de propiedad que pretende Alejandro Korn "porque es falso".
En medio, los dirigentes que apoyan a los pobladores denunciaron que las actas de la supuesta venta a favor del letrado "han desaparecido de los registros municipales" y que la Fiscalía Anticorrupción provincial "ya ha manifestado que esa cesión de tierras fue un delito", según el portal de internet Prensa del Pueblo.
Asimismo, le recriminan al jefe comunal que "su falta de respuestas concretas significa lavarse las manos" y que el silencio "puede entenderse en la comunidad como complicidad".